Son más de las 12,30 de la noche. Después de ya 28 km, estoy de regreso a casa acompañado por un grupo de buenos amigos. Vamos por una senda que discurre paralela a la M-601 de Becerril a Collado Mediano. Después de una par de km de senda giramos a la izquierda y toca un tramo de subida. Mis piernas responden ágiles a la solicitud de trote. Fácilmente alcanzo a mi amigo Fernando y nos destacamos. Poco más delante nos agrupamos y jugamos un rato con los destellos de luz que proyectan nuestros frontales. Reanudamos la marcha y apago mi frontal. Voy en cabeza, a oscuras, disfrutando del silencio, de la oscuridad, de mi respiración y de mis pensamientos.
Y me imagino de nuevo subiendo de Santo Espíritu hacia la gloria del Aizkorri. Y me veo de nuevo sentado en una carpa en Etxegárate, avituallando, pero esta vez con la convición de continuar y finalizar lo que dejé pendiente un par de años atrás. Me veo recobrando sentidos, cicatrizando heridas. Me reafirmo en mis futuras intenciones. Y me siento fenómeno, capaz y convencido. La noche me envuelve, la oscuridad del camino no me preopupa, mis pasos son sólidos.
En breve afrontare una distancia que no es la mia en unas condiciones climáticas que no me favorecen. Pero en este momento lo positivo prima.
Han pasado apenas unos días. Ahora simplemente intento no descolgarme del grupo que forman mis compañeros de entreno. Voy cerrando el grupo, no me importa. Quiero forjar el ánimo para no claudicar. Rindo en condiciones favorables pero penalizo cuando el cuerpo no cumple mis expectativas. Si quiero cumplir como ultrero tengo que poner remedio a este problema.
Mis pensamientos no son nada positivos. Cansancio, falta de sueño, problemas... lastran mis zancadas, pero consigo que no cejen. Soy consciente de la situación y estoy dispuesto a afrontarla. Mis pasos no se detienen, aunque sean torpes o lentos, aunque no sean los que yo quisiera. También así se llega.
En pocos días afrontaré una distancia que no es la mia, en unas condiciones que no serán las más favorables. Pero aún en lo negativo no me detengo.
Hay días que me maravillo de que todavía, aún después de tantos años trotando por esos caminos, conserve la ilusión por pisar nuevos o viejos trechos. Por intentarlo una vez más. Como la vez primera.
Hay días que me digo que ya está bien, que pasó mi momento y que toca dejarse llevar. Que es la hora del enfriamiento tras el entrenamiento. Bajar pulsaciones y reposar.
Mientras tanto, pasan unos y otros días. Y mientras mis piernas consigan llevarme donde proponga siempre quedará la posibilidad de que me lleven donde sueñe. Mientras queden sueños.
3 comentarios:
De eso ya nos encargaremos entre todos (de que queden sueños). De momento déjate llevar Prisi y apóyate en el grupo, que para eso somos cuatro que seremos uno (¡y qué cuatro!). ¿Cuánto hace que no compartías competición con tu viejo y querido amigo Ppong? Ahora tendrás muchas horas para disfrutarle. Aprovéchalas, porque esas horas nacerán única y exclusivamente con el fin de que las disfrutes en su compañía. Por una vez en la vida no tengas prisa, deja que la vida discurra. Hemos de hacer que nos de pena llegar, que en lugar de terminar esa carrera no terminara todavía. Prisi, siempre has sabido ser como el agua, esto es sólo una vez más.
Un fuerte abrazo (casi tan fuerte como el del MAM)
Me gusta esta entrada. Refleja muy bien tu situación y además está muy bien escrita.
Pues de nuevo un reto y un acicate más para superar nuestros miedos y nuestras limitaciones.
Te repito lo de siempre aunque por ahora nunca he conseguido que me hagas el más mínimo caso. A lo mejor necesitas hundirte más antes de remontar (siempre estarás ahí, eso seguro; por lo menos, mientras te guste tanto). Llegar hasta el fondo para salir y disfrutar de esto del correr: sin que el llegar un poco más tarde o un poco más lento te suponga un contratiempo; sin tener que parar el Fore cada vez que te detienes porque te da igual que la media suba; sin preocuparte de que el recorrido que llevas a casa no sea el completo (las dos últimas veces que descargué el mío faltaban un montón de recorridos sin duda por falta de memoria en el aparato); sin visualizar en tu mente cómo iba a ser ese día y compararlo con la realidad; sin tener que demostrar nada ni a nadie en las salidas;...
Y si me dices que no le das importancia a lo que te señalo es que todavía necesitas mucha más paciencia y mucha más reflexión para darte cuenta de ello.
Por eso, disfruta de la Madrid-Segovia, no esquematices lo que vas a hacer ni pienses en tiempos. Haz caso de la buena reflexión de Luís y déjate llevar. Déjate ir, deja que todo fluya y ve adaptándote...
Y si sale bien disfrútalo. Y si sale mal disfruta también de la buena compañía.
Y mucha suerte... maestro.
Simplemente estoy seguro que harás una buena carrera. Creo que no debes exigirte demasiado porque vamos con muchos amigos, la naturaleza te llevará por el buen camino.
Yo seguramente esté mas atrás deseando que estés esperando en meta compañero.
¡A disfrutar que va ser un bonito día!
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