Esta temporada si las lesiones me respetan quiero ser fiel a mi estilo.
Me olvidaré de los kms, de las horas y del alcance del reto. Simplemente CORRER como alma que lleve el diablo los días que el cuerpo me lo pida y los que no, desear que vuelva a pedirmelos.
Soy consciente de mis limitaciones. Después de tantos años no podía ser de otra manera y no voy a enseñar trucos nuevos a estas gastadas piernas.
Así que lo mejor será DISFRUTAR como tantas otras veces, dejarme llevar, sentir y guerrear cuanto pueda, donde pueda y cuando pueda. El resto, lo que el destino quiera depararme. La gloria o el desastre. Así lo asumiré como tantas otras veces. Con naturalidad.
No me merece la pena planificar, estructurar, condicionar todo por tal o cual objetivo para que luego salga o no. Prefiero ser yo mismo, vivir el momento y confiar en el futuro.
No soy un ultrafondista porque las distancias largas me desgastan demasiado y entrenar distancias largas suponen un desgaste en si mismo.
Mi distancia en montaña son los maratones y en horas, la horquilla entre las 6 y las 8 horas de ejercicio.
Soy un fondista medio que se maneja bien en intensidades medias, en distancias medias y en cronos medios. Con eso y un algo de voluntad, obstinación y huevos, puedo terminar una prueba ultrafondista por encima de mis posibilidades.
Pero así soy yo y, no puedo evitarlo.