domingo, 27 de noviembre de 2016

Serena melancolía.

Hoy, después de un buen puñado de días (prefiero no llevar la cuenta) he decidido volver a trotar. 
No hay nada peor que la lesión para quienes estamos acostumbrados a corretear por los caminos con sol, lluvia, frio o viento. Cada día es un paisaje distindo dentro del mismo paisaje. Porque nada es igual aunque parezca lo mismo cuando dejamos atrás nuestros pasos.
Así que, como digo, cansado de los días de gimnasio y spinning que tocan ahora no he podido resistir la tentación de recobrar las sensaciones de correr. Apenas unos metros más de 6 km. Apenas unos pocos minutos más de treinta.
Que voy a deciros que nos sepáis de lo que se siente cuando uno está lesionado.
Cuantos días en los momentos que estoy de pie sobre los pedales simulando una subida no acuden a mi mente viejos recuerdos de monte. Especialmente de mi querida G2H. 
Así desde una serena melancolía, desde una tranquila tristeza acuden a mi mente estampas de aquella noche, de aquellas horas. Aquellas en la que sólo acudí a restañar mis heridas. Firme y convencido. Concentrado en alcanzar lo que tanto deseaba. 
Y es en esos momentos que piensas que serán irrepetibles. Esos en los que sientes que no volverás a vivir algo parecido. Con la conciencia de asumir lo que venga. Con el aprendizaje adquirido del ultrafondista de adaptarse a las circunstancias. Especialmente las adversas. Pero, también con el espíritu inquebrantable de no caer en la resignación, de probar siempre y rebelarse ante lo que no queremos.

jueves, 16 de junio de 2016

XX MAM. La fiesta de un cumpleaños.

Foto de Lolo
Pues ya pasó. Después de una semana emocionante y de un fin de semana muy, muy intenso el XX Maratón Alpino Madrileño ya es historia.
Con el fin de no hacer una argamasa demasiado complicada voy a dejar una serie de apartados donde ir tratando sus distintas vertientes por separado.

La Previa.

La semana del MAM fue ejetreada. Según fueron avanzando los días se acentuó el clima de celebración que la ocasión requería. Recibí peticiones de colaboración por parte de Mayayo para su web y su programa de radio y, del Tierra Trágame participando en los actos con una pequeña entrevista y algunas palabras el día de la presentación de la prueba. Estaba claro que iba a ser un día festivo y había que disfrutarlo.

 La Fiesta de presentación.

El sábado por la tarde, mientras se celebraba el Cross del Telégrafo y el KV tubo lugar la presentación de la carrera en el Polideportivo de Cercedilla. Durante la misma se mostraron los distintos recorridos de los circuitos que este año albergarían el Campeonato de España de carreras por montaña de la FEDME en sus distintas categorías.
Encuentro y saludos con viejos y nuevos amigos. Del Tierra Trágame, del los Kabralocas venidos desde Córdoba, etc.
A continuación se nos realizó un bonito homenaje a todas las personas que, como voluntarios, o como corredores han cumplido en las XX ediciones de la prueba. Tres voluntarios y seis corredores. Ójala aguantemos muchos años juntos. Cuantos más mejor. Por que como dije, el día que solo quede uno, será el inicio del fin de los megasupervivientes.
Hubo también una sorpresa por parte de los miembros del Club Tierra Trágame hacia su presidente Juanma Agejas que es fundador y organizador de esta prueba desde su origen.
Como digo fué algo especial. Había una exposición con los distintos carteles y camisetas de todas las ediciones y, unos murales donde se recogían la foto y una entrevista a cada uno de los corredores que habíamos completado las diecinueve ediciones anteriores.
También colaboré con mi amigo Juanan con una pequeña entrevista para su Canal Running en Youtube. Vamos, que estuve entretenido...

Con los amigos Kabra Lokas

Megasupervivientes


Las personas queridas.

Que uno es bien poco sólo, es cierto y rotundo. Aquellos que nos rodean nos hacen mejores y hablan de quienes  y cómo somos. Para esta ocasión mis amigos los Locos del Cerro no han fallado a la cita. Esa grupetta ya habitual en muchas de las carreras de este mundo y, especialmente, aquellos que de forma espontánea no quisieron dejar pasar la ocasión de entregarme un gesto de ánimo, un abrazo reparador camino del Noruego. Especial mención merece una persona como hay pocas. Que literalmente cogió su petate y arrancó hacia Cercedilla a más de 400 km de su casa porqué sintio la necesidad de estar presente. Fue el mejor regalo de esa fiesta del MAM. Gracias Aldapa.
Gracias también a tantos que estuvieron pendientes durante la semana. Las llamadas de teléfono y los mensajes recibidos.
Mi familia. El bastión del guerrero. El soporte inquebrantable que aguanta los desaforados impetus de la eufória cuando nada parece ser bastante y los huracanados vientos de la decepción y la amargura cuando las cosas no salen y todo parece volverse en contra. Cuanta paciencia, amor y cariño generosamente entregado.

En el Asador de Angel
Un lujo de AMIGO Ramón Malcorra.


La Carrera. 

Fué un buen día vaya por delante. La temperatura calurosa sin llegar al extremo. Al menos hubo muchas zonas donde corría el aire, fresco en ocasiones.
Totalmente relajado. Con el firme convencimiento de que iba a disfrutar del día, me trajera lo que me trajera deportivamente hablando, me coloqué en la zona trasera del pelotón, junto a los burladeros que dan a la enfermería en el momento del pistoletazo de salida.
puerta grande o enfermería
El nivel de la prueba resultó elevadísimo. Todas las selecciones autonómicas presentaron lo mejor de sus equipos salvo lesiones o ausencias inevitables en todas las categorías. Especialmente reseñable fue el alto grado de participación femenina que hubo. Por mi ritmo de carrera pude comprobarlo y la capacidad de esfuerzo y superación de todas ellas impresionante.
Como digo salí relajado sin preocuparme si me quedaba o no muy atrás. Terreno hay por delante para recuperar si hay fuerzas, eso lo sabía de sobra. Mi amigo Héctor se va de inicio algo por delante pero previo a los primeros vadeos del arroyo le alcanzo. Comenzamos este tramo tan divertido de ver donde algunos luchan por no mojarse los pies y.... nos alcanza Maria Luisa García que sube a buen ritmo y con la que aguanto hasta la estación de Navacerrada. Creo que es buena referencia y me digo "no irás tan mal". Primer avituallamiento. Algo de agua y para arriba.
Super Héctor
Me encuentro bastante suelto de zancada. Corra o ande, soy capaz de llevar el ritmo fácil. No rápido pero constante. Me anima. Héctor ha quedado algo rezagado pero como es mejor bajador que yo sé que el hueco hasta Cotos no puede ser grande, sino me alcanza incluso. Durante la subida hacia Bola chicas por delante, chicas por detrás, chicas que te adelantan... ¡que nivel!. En las curvas que preceden la llegada a Bola aparecen mis grandes compañeros de batallas. Esos Locos con sus miradas y aplausos que me infunden fuerzas y, algo más arriba un tio enorme de Zegama con el que me fundo en un enorme abrazo. Pico el control. Trago de isotónico y para abajo.
Los Locos cerca de Bola
Esta zona el año pasado me mató y la temía. Fui torpe y me rompió mentalmente. Así que primero bajo tranquilo pero desde el inicio busco dar pequeños acelerones que me den confianza y agilidad a las piernas. Afortunadamente este año es distinto. Me veo bien bajando y con fuerza en los repechos que van surgiendo. Encima Mikel me da una sorpresa y aparece en medio de la bajada, otro abrazo que cae.  Comienzo a pensar que si esto sigue así puede ser un gran día. Y me veo en Cotos.
Encuentro con los amigos Chema y Carlos que me confirman que Alberto va muy bien. Les aviso que Héctor llegará en nada y después de beber arranco. Busco media barrita que llevo en el bolsillo y trato de correr mientras ando. Mi estómago está rígido y me cuesta tragar. Ni la acabo.
Me acoplo al ritmo de los corredores que me rodean. Andando cuando andan, trotando cuando trotan. Mantengo posiciones. Unos se van rezagando y otros llegan desde atrás. La subida por este lado se hace más pestosa. Terreno de mayor pendiente, descarnado y aburrido. Mejor Citores, pero es lo que hay. Al poco empiezan a llegar los líderes de la carrera. Pasan Egea y su compañero de la selección vasca. ¡¡Da gusto ver como van!!. Alcanzo el avituallamiento de Dos Hermanas, bebo y sigo. Este trozo se me hace un poco penoso. Apenas corro aunque avanzo a buen paso. Me preocupa perder el ritmo y que luego se me haga más dificil correr. Vértice de Peñalara y para abajo. Primero con cuidado extremo, luego algo más suelto pero sin lanzarme en ningún momento. Mi obejtivo es llegar y en este tramos siempre me acuerdo de Pepe (Despacio) y aquel esguince. Avituallamiento de Dos Hermanas, agua, primer gel y para abajo, sin volverme loco hasta Cotos. Cruce con varios amigos a los que animar.
Esta vez si me preocupo por comer algo más o me terminará pasando factura. Algún trozo de plátano, membrillo, algo de naranja... agradezco a Chema y Carlos sus apoyo y me voy a por la zona más exigente. Pierdo alguna posición en este tramos de aproximación al pingarrón donde Raúl y Olga me hacen unas fotos y animan.
Pingarrón para arriba
Comienzo el tramo de ascenso puro, poco a poco. Veo que aunque mi paso es pausado no voy tan mal porque recupero algún puesto y mantengo el ritmo de los que vienen por detrás. Desde la fuente nos desvían a la izquierda, hacia el collado. Lo conozco. Los primeros tubos se llegaban desde allí y se ascendía a Cabezas por detrás, como toca hoy. Cima y a bajar. Este tramo puñetero donde la puntera se engancha demasiado a menudo y te llevas algún susto.  Valdemartín. Ascenso a buen ritmo con algún trotecillo. Hiperventilo un poco y prefiero aflojar. Nueva bajada y última subida donde sin querer te encuentras de nuevo en el pluviómetro. Ya me digo que esta hecho, salvo desgracia otro que cae. La bajada con cuidado en su primer tramo donde hay piornal y raices que pueden hacerte caer. Hasta que llegas hasta la empalizada que delimitan las pistas y ya te dejas caer. Además está la familia. El empujón definitivo que me lleve hasta la meta, Son las 14:10 cuando llego al avituallamiento del puerto.
Dejo la riñonera que ya no me hará falta, con el vaso me basta. Me tomo el gel de Etixx para el final. Beso a los mios y para abajo. Voy contento y suelto. Sin una velocidad excesiva pero muy constante. Nadie me pasa hasta el avituallamientgo de los campamentos donde una chica no para a beber y pasa de largo. Yo como se que ahora en la zona de helechos hará calor prefiero dar el último trago.
Las sensaciones son muy buenas. Corriendo sin parar a buen ritmo. En zonas de falso llano donde otros años el calor y los kilómetros me obligaban a caminar y tomar aire. Da gusto porque todo pasa más deprisa. La senda, el desvio a la izquierda, las praderas, primera bajada, segunda, por fin el tramo y el puente. Ultimo repecho y entro en el pueblo. Ahora por las calles ya miro el reloj. Quiero llegar lo mejor posible. Polideportivo, giro y nuevo giro. Aparecen mis amigos que me animan. Ultimo repecho donde aprieto y busco la puerta grande para cruzar la meta en el ruedo. Me quito la gorra, brindo al respetable y me despacho a gusto con un ¡¡¡tomaaaaaa!!! desde dentro. De satisfacción. Aún queda cuerda. Aún queda Prisi para un rato.

¡META y brindis!


Epílogo.

Con esta XX edición creo llegado el momento de cerrar un ciclo. Es posible que de cara al futuro haya que replantearse el cómo y el porqué. Aportar algo más que el correr. Participar de otra manera. Irémos dándole vueltas en la cabeza. en cualquier caso quede claro lo siguiente:
EL PRIMER Y ÚNICO MANDAMIENTO DEL MEGASUPERVIVIENTE: CRUZAR LA META..... el resto, es accesorio.


martes, 7 de junio de 2016

XX MAM. Un largo camino de amigos y recuerdos.

Aunque la letra del tango de Gardel dice que “20 años no es nada” la realidad es que echando la vista atrás aparecen un buen puñado de recuerdos y anécdotas en mi memoria.

De aquella aventura que supuso el primer Maratón Alpino Madrileño sin entrenamientos específicos de montaña. Con las zapatillas de asfalto y las únicas subidas de la Casa de Campo en los alrededores de Garabitas como desniveles máximos a la actualidad, equipado con GPS, mochila, geles y entrenamientos de 800+ un día sí y otro...... casi, son muchos kilómetros. Algo prendió en mí e hizo que sin dudar volviera ediciones siguientes. Fuera mi cita anual con aquellas montañas.

Recuerdo aquellos primeros años cuando la carrera salía y finalizaba junto al actualmente abandonado Albergue Álvaro Iglesias. Como remontaba hacia la Loma del Noruego. El técnico paso de la zona de claveles, la majestuosidad de la Laguna de los Pájaros al iniciar el descenso desde el cresterío. Recuerdo el sofocante calor en el tramo de ascenso a Siete Picos a mediodía y lo largo que se hacía el Camino Schmidt hasta que alcanzabas los Cogorros y pisabas el asfalto para llegar hasta la meta en el Puerto.

No se me olvida la imagen de Yolanda Santiuste tiritando de frio con sus pantalones cortos en la puerta del Albergue el año que alcanzamos Peñalara con nieve y se suprimió el ascenso a Cabezas y la zona de claveles. Un par de años la climatología nos privó del recorrido original. En esto, el establecer la segunda semana de Junio como fecha definitiva de la prueba ayudó mucho a evitar las últimas borrascas de primavera. Recuerdo a Sonia Morán, ganadora de las primeras ediciones y que en aquella época viviá en la misma localidad que yo. Ana Isabel Alonso con quien me cruzaba en mi querido cerro del Telégrafo entrenando, proclamandose campeona de España en aquella edición del MAM. Porque las chicas siempre han sido guerreras.

En todos estos años como no pudo ser de otra forma hubo de todo. Desde aceptables posiciones clasificatorias a ediciones donde terminar ya fue un logro. El caso es que año tras año el simple hecho de cruzar la meta ha tenido un emotivo y especial significado para mí. Todos han sido un buen puñado de kilómetros, pero todos han sido especiales y diferentes.

Recuerdo cada una de sus entradas a meta. Con la satisfacción del objetivo conseguido y con la emoción de escribir mi propia historia. Porque esta carrera es, la carrera de mi vida. A la que ya desde hace tiempo estoy ligado. Mi "hecho diferencial". ¿Quien eligió a quien?, podría ser una interesante pregunta. Porque como siempre digo mi único mérito es la constancia, lo demás ha sido la suerte de que el destino me permitiera estar en esa línea de salida y meta año tras año.

Este maratón "mío" tiene personalidad propia. Los hay más espectaculares, duros y animosos, pero no se puede negar que el MAM deja huella. Te exprime lo suficiente para que cuando cruces la meta tengas la satisfacción de haber logrado un reto importante. Algo que nos remueve lo suficiente por dentro.

El MAM actual tiene todos los ingredientes para no dejarnos indiferentes. El ascenso y descenso desde Cercedilla al Puerto vadeando arroyos, atravesando helechos y estrechas sendas. La fotogénica imagen de las antenas de Bola en nuestras retinas a la ida y en el regreso. Peñalara, la cima de la Sierra del Guadarrama y ese ascenso a Cabezas larga e interminable que te hace destilar cada gramo de fuerza que conservas. Pero lo que realmente hace que el MAM se distinga de otras pruebas es su paisaje granítico y su cota mantenida cerca de los 2000 mts de altitud buena parte de la prueba. Aquí no hay praderías en los altos, ni bosques que nos cobijen hasta cerca de la cima. Aquí como caliente el Sol estamos a su merced rodeados de piedra, roca y pequeños arbustos. Es lo más duro de la prueba. Esa mezcla de altitud y calor que causa estragos entre muchos participantes.

Es un continuo sube y baja dónde vas alcanzando una tras otra cimas por encima de los 2200 mts. Y ese desgaste muscular, articular y mental, unido como comento al calor hace de nuestra querida carrera uno de los “maratones más duros del mundo”.

Este domingo se celebra su XX edición. Un momento muy especial para quienes hemos sido fieles a la cita cada año y la fortuna de haber podido terminarlo.

Así que toca disfrutar. Buena carrera a todos y que una vez más logremos ser SUPERVIVIENTES.

¡Viva el MAM! ¡Larga vida al MAM!.


A continuación, os dejo con la visión de esta carrera que amablemente personas queridas han querido compartir conmigo para esta XX edición. Corredores, voluntarios, el speaker oficial del MAM.... y familia. Mil gracias a todos.


El primer Maraton Alpino Madrileño tuvo la salida en el Albergue Juvenil de Navacerrada. Creo que lo sabíais. Aún no existía la figura del speaker en la prueba.
Con un grupo de compañeras de trabajo estuve en Peña Citores junto a una fuente que quedó adornada con multitud de vasos de agua en los que, cosas de la vida, estaba impreso el logo de Coca Cola. Dejábamos pasar el tiempo entreteniéndonos en juegos y persecuciones. Cuando, casi por sorpresa, apareció el primer corredor. Se llamaba Joseba. Joseba Ćubillo de la Hoz.
_¡Aupa, Joseba! ¡Vamos, Joseba! ¡Venga, Joseba!
Hoy no reconocería su rostro. Pero no puedo olvidar su paso fuerte acometiendo el ascenso, el pulso templado mientras se tomaba un sorbo de agua, la calma que transmitía allí, rodeados de montaña.
Conversó un instante con nosotros y siguió su camino. Vimos cómo se alejaba su espalda acometiendo el reto. Era como un corzo, aunque sus pantalones no fueran de color rojo.
Después fueron llegando más corredores. Todos tenían nombre. Cuanto más lejos se encontraban de la cabeza de carrera más necesitaban nuestro ánimo.
Por eso, cuando en la siguiente edición, me propusieron  asumir la locución de la prueba tuve como intención nombrar a todos los corredores que cruzaran la meta aunque no los conociera más que de ese fugaz momento. Todos merecían ser reconocidos. Así supe que necesitaba hacer una visita al oculista ya que, en ocasiones, confundía los nombres Y era entonces cuando más de uno lo gritaba con rabia corrigiéndome.
Varias premisas me guiaron en este trabajo. Una de ellas ya la sabéis: nombrar a todos los corredores que me fuera posible. Os juro que en ocasiones me es imposible. No me alcanza el tiempo. Cuando viene un grupo grande se hace muy difícil personalizar. Hubo momentos en los que los propios familiares o amigos me facilitaban el nombre o el apodo.
_ ¡Hey, tío! ¡Que llega “el lobo”!
_ ¡Joder, pues habrá que recoger las ovejas!
_ Nuestro colega, “el lobo”. Que está llegando a la meta. Que viene por ahí.
Así cualquiera. Claro que, cuando el corredor es tu colega, tu marido, tu compañero, tu primo, tu hermano, tu... la cosa es mas fácil. Y con las corredoras pasa lo mismo, por supuesto.
En otros momentos la atención a otras tareas, como la entrega de premios, hace imposible estar atento. Pero siempre lo intenté.
Recuerdo que uno de aquellos primeros años, en que la salida y la meta estaban ubicadas en el Albergue Juvenil de Navacerrada, estuvieron los de Tele Madrid con sus aires de Madrid Directo haciendo de la vida un espectáculo. Durante la prueba acosaron a los corredores con preguntas absurdas sin entender que aquello era una prueba deportiva competitiva y de gran nivel. Me pidieron que callara para grabar su show y que el sonido de la locución no les molestara. Al poco tiempo llegaba el cuarto clasificado de la prueba. Un corredor que había luchado por el podio, pero no lo había logrado porque otros, ese día, tuvieron más fuerza. Merecía que se le reconociera el esfuerzo. Evidentemente rompí mi silencio para animarle y grité su nombre. Cuando me pidieron explicaciones les hice ver que yo también tenía un trabajo que desarrollar, tan importante como el suyo. Y que esperaba que entendieran  la “urgencia informativa”. No sé si les quedó claro. Pero no les quedó más remedio.
Porque esa es otra de las cosas que he intentado hacer durante estos años: he procurado plantear el relato de la prueba como un programa radiofónico. A partir de los datos de paso que iban llegando al control de meta fui reconstruyendo lo que sucedía en la montaña. Intenté transmitir la emoción de una carrera. La tensión ante un posible record de la prueba. Mi público era escaso, a veces nulo. Nunca perdí la ilusión de que a alguien más le pudiera emocionar el discurso de la competición. Una competición de la que sólo podía tener certeza de que salían muchos y no llegaban todos.
Desde el puesto de locución hemos intentado transmitir tranquilidad a los familiares de aquellos corredores que tuvieron que retirarse por problemas físicos. Afortunadamente no ha habido grandes desgracias. Malos pasos se dan todos los días.
Y el rock and roll. Esa fue la música que ha marcado este prueba durante casi veinte años. Porque correr por la montaña es rock and roll. Porque sobrevivir a un maratón alpino es rock and roll. Porque la inconformidad es rock and roll. Algunos ya consiguieron su sueño: ser viejos rockeros. Más que nada porque el tiempo pasa sin detenerse.
Hubo un día memorable. La salida estaba situada en el centro de Cercedilla, ante el cuartel de la policía municipal. La prueba ya había finalizado y comenzábamos a recoger los aparejos. Sonaban los últimos acordes. Elegí como despedida de ese día el tema Highway Star, de los Deep Purple. Un temazo. Muy importante en mi vida y con uno de los mejores solos de guitarra que se han construido. Lo pusimos a un nivel considerable y nos dejamos llevar por las notas. Volví a ser el adolescente que sacudía su melena mientras bailaba a lo heavy en la discoteca de moda. Los ojos cerrados para sentir mejor la melodía. Cuando los volví a abrir había junto a mí un grupo de corredores sacudiendo sus imaginarias melenas ante la mirada atónita de los agentes municipales. Todos éramos hermanos del rock and roll. Tíos duros que se enamoran de las personas y de algunas cosas. De aquellas que merecen la pena. Como este Maratón Alpino Madrileño. Mi amor más duradero. Tan lleno de recuerdos que será siempre parte de mi vida.
Por eso, a todos los que alguna vez corristeis la prueba o imaginasteis hacerlo quiero daros las gracias. A todas las que la hicisteis posible: Gracias por estos veinte años de puro rock and roll.
Nos vemos en la salida. Os esperaré en la llegada.
Jonkar.

Jonkar (Amigo y Speaker oficial del MAM).


“MAM. Maratón Alpino Madrileño, tres palabras que siempre me han dado respeto. Fue de las primeras carreras de las que oí hablar cuando empecé en el mundillo de las carreras de montaña, todavía recuerdo cuando corrí mi primer cross del telégrafo y vi la salida del mam, me pareció que todos los que corrían eran verdaderos corremontes profesionales, es mas sigo creyendo que el MAM es una carrera para gente especializada por lo técnico del recorrido. A mí me sigue dando respeto esta carrera de ahí mi reticencia a apuntarme. “

Manuel Trigo (Amigo y Corredor)


“Toda una vida entre cloro y agua, conociendo piscinas por todo el mundo hacía que el Trail Running en general y el Maratón Alpino Madrileño (MAM) en particular, no significarán absolutamente nada hasta hace unos pocos años.
Sobre el año 2010 comienzo a participar en carreras populares de Trail running, y poco a poco voy conociendo más sobre este deporte. Aunque en ese momento el MAM continuaba sin tener ningún significado para mi.
Es un tiempo después cuando me uno a un grupo de amigos, los locos del cerro, los cuales me enseñaron a correr, las diferentes carreras y mucho más. Y fue entonces cuando el MAM apareció en mi vida como una de las carreras más duras e inalcanzables, sólo apta para los más grandes.
Poco a poco y tras una muy calculada valoración, en 2015 pasó de ser un sueño a un reto. Mi mayor reto deportivo hasta este momento en este fantástico deporte.
Mi dedicación, compromiso y respeto fue máximo, me preparé y entrené lo mejor que pude. Ahora puedo decir eso de: "que inocente", en esos momentos no imaginaba donde estaba la clave.
El MAM es una carrera única, donde por muy preparado que estés, siempre te pone en tu sitio, y solo a algunos afortunados les permite atravesar el arco de llegada. Te exige aprender a superar el dolor y el sufrimiento, llevándote al máximo en la parte mental.
Fue entonces cuando comprendí la realidad, la belleza, la exigencia y la importancia de esta maravillosa carrera. Una experiencia que jamás olvidaré y que espero algún día volver a repetir.”

Ricardo Torroba (Amigo y corredor).


“Yo he participado dos veces, y lo cierto q en las dos he terminado entre los 10 primeros y además pues campeón de Madrid de larga distancia una absoluta y otra en vetA.
Me parece una carrera, dura, que no da tiempo a un respiro y que si respiras un rato lo puedes pagar si es que quieres estar en el top10.
Desde que sales hasta que llegas vas con el corazón en la boca, y hay que saber llevar un ritmo constante y guardar, ya no sólo para los míticos tubos de Cabezas, sino para el largo descenso desde bola a meta, ahí puedes ganar y más perder si no has guardado.
Los continuos, largos, toboganes hacen que se incremente la dureza ya que a eso hay que sumar la altitud.
El ambiente es espectacular y aquellos, como tú, que lo habéis vivido más veces sois los que habéis hecho grande esta carrera.
Mis participaciones en el MAM han sido pocas pues siempre coincidía antes o después con el Superduatlon de Peñalara, que era mi carrera preferida y donde gane en varias ocasiones y tengo el récord, de ahí que no participara en el MAM. Pero tengo claro que esta carrera es una de las grandes de la sierra de Guadarrama junto con 3R, GTP y Cuerda Larga.”

Luis Alonso Marcos (Amigo, corredor y ganador de la Copa De Hierro entre otros logros). 


"La visión que tengo del MaM es poliédrica. Lo he vivido como corredora en 4 ocasiones, los dos primeros intentos frustrados, los dos últimos ya cruzando por el arco de meta. También he participado como Voluntaria balizando tramos del recorrido, en puestos de avituallamiento, en puntos de refuerzo, etc.. y, por último, sobre todo estos últimos dos años, con un puesto de más responsabilidad en algunas áreas.
Me quedo con la imagen que contemplé de refilón y que constituye el punto de unión de todos estos planos.
Unos de los Superviventes acabó la carrera y, muy emocionado, no sólo por haberla hecho sino también porque estaba tratando de superar la pérdida de un ser muy querido, marchó a los vestuarios a ducharse. En el camino se topó con una voluntaria a la que conocía desde hace muchos años y que andaba en ese momento igual de emocionada que él porque había superado una situación conflictiva dentro del transcurso del evento. Ambos se miraron, se abrazaron. Ella le ión la enhorabuena y, entre lágrimas él se quitó el dorsal y se lo entregó. Era el dorsal número 2: "quiero que seas tú la persona que tengas este dorsal. Sé que mi esfuerzo ha sido también ella tuyo". Ella aún lo tiene colgado en el corcho de su cuarto.
Este gesto define lo que para mí es el MaM: AMOR. "


Mercedes Rita "Pels" (Amiga, corredora, voluntaria y animadora sin par).

Para mí, el MAM, es “LA CARRERA”. Y lo seguirá siendo pese a los años y la proliferación de carreras similares por donde sea. Fue mi primer gran reto deportivo y, como no, nuestro querido amigo Prisillas estuvo ahí desde el principio. Hubo más gente por supuesto, pero la confesión de “creo que éste año me voy a apuntar al MAM…” fue a ti.
Ni que decir que las semanas posteriores fueron dudas y miedos hasta el dia de la carrera, momento el cual ya te encargaste tú de suavizar.
Dentro de pocos días correré mi tercer MAM, con más determinación, más experiencia y quizás algo más de fuerza …no se. Dudas sigue habiendo, pero es que no debemos de perderle respeto a una carrera tan dura.
Sea como sea, tenemos un talismán…tenemos a un luchador para dar ejemplo: PRISI.


Héctor Garcia (Amigo y corredor). 


"Qué lejos queda el primer MAM allá por el año 96, aquél en el que llegaste a convencer a tu amigo José Estaire para hacer vuestra primera gran carrera de montaña. Con muchos nervios y mucho esfuerzo llegasteis a la meta, muy contentos y tú encantado con el recorrido, el paisaje, las vistas... tenías claro que había que repetir, lo que no sé si llegabas a imaginar que tantas veces.
Y fue llegando cada junio, y cada MAM, siempre con la misma ilusión.
En el segundo yo estaba embarazada de nuestra hija Lidia. Ya en los siguientes nuestra niña también te esperaba en la meta.
Fuiste encontrando otros compañeros de entrenamiento a los que ibas arrastrando a "tu carrera".
También recuerdo esos años que me iba a buscar a Toñi e incluso a Ivan y juntos esperábamos vuestra entada en la meta, cuando todavía era en Navacerrada (he de reconocer que a mí me gustaba más).
La vida seguía y después llegó nuestro hijo Martín....ya éramos uno más.
También vinieron nuevas incorporaciones a esa familia que sois Los locos del cerro, que tanto os gusta correr por la montaña y como lo disfrutáis.
Yo sé todo lo que significa para ti su presencia y ánimos cuando ya llevas unos kilómetros en las piernas y en la soledad de la montaña empiezas a oír sus gritos, su megáfono y sus abrazos, se que esos pequeños gestos te dan fuerzas para seguir. También quiero acordarme de las Locas que siempre tienen una sonrisa y unos aplausos para ti.
Este año y ya son 20, aunque quizás no estás en tu mejor momento físico estoy convencida que vas llegar a la meta y allí estaremos para emocionarnos contigo.
Para Lidia, Martín y para mí eres mucho más que un "megasuperviviente" y estamos muy orgullosos de tu esfuerzo. Te queremos.
Ah! Este año también estará nuestro perro Pipo.
 Marisa Fernández (Mi mujer. Sin ella esto no hubiera sido posible).








jueves, 14 de abril de 2016

Respuesta.

Papá. ¿por qué eres del atleti?.
Mira hijo, cuando yo era chiquito como tú, jugábamos al fútbol muchas veces a la salida del colegio. Entonces había muchas placitas y solares cerca. Eran tiempos en los que las porterías se marcaban con las carteras o los abrigos.
Los equipos se hacían eligiendo jugadores con el monta y cabe.
¿Y sabes? a los buenos les gustaba siempre ir juntos. Es algo que siempre se ha dado. Como a mí se me daba regular me tocaba jugar contra ellos, ir con los peleones.
Casi siempre ganaban ellos. A veces por mucho y a veces también burlándose de nosotros. Y no te voy a decir que no escociera.
Pero al siguiente partido, con ganas, empuje y espíritu de superación hacía que les plantáramos batalla. Y ese día podías ver en sus ojos el temor a la derrota y la sombra de la duda cuando las cosas se les torcían, tanto que a veces incluso les ganaba..
A ellos les gustaba la sensación de ganar siempre. A nosotros la de no rendirnos nunca y eso, normalmente tiene su recompensa hijo.

lunes, 11 de abril de 2016

Letargo.

A veces pasa sin saber muy bien el porqué. Sin un motivo aparente o con el. Momentos de vacio o saturación en los que no tienes nada que compartir o bien simplemente no quieres hacerlo. Sencillamente de ausencia. Porque sí. No puede explicarse. No es necesario hacerlo. Sobra.
Un buen  día te desperezas y despiertas de ese letargo. A veces porque tienes algo que hacer u ofrecer. Otras contrariamente no puedes hacerlo aunque quisieras y valoras más aquellas que has realizado. Porque sientes que merece la pena estar vivo, sentirlo y demostrarlo. Desde el pasado o hacia el futuro.
El pasado año fue magnifico en su faceta deportiva. Sin lesiones y alcanzando cada uno de los objetivos que me fui marcando, con "solvencia" salvo el MAM, pero se sacó adelante. Aquello me dejó en un stanby del que parecía no querer salir. Saborear cada momento ha sido una delicia y una satisfacción.
Este año por contra, comenzó con apatía y se fue torciendo hacia el camino de la lesión. Ahora, en este momento, donde la salud no es completa, es justamente donde la bofetada de la realidad hace que uno despierte. Toca remar contracorriente porque hay citas que no puedo perdonar y, con ellas renovar mis deseos de soñar con alcanzar metas y objetivos que aún no he logrado. 
Objetivos que no por ser más modestos dejan de ser menos intensos. No hay sueño pequeño ni meta que no merezca la pena.
No somos eternos, por eso es un pecado dejar escapar el tiempo, dejar de sentirnos vivos.