lunes, 22 de octubre de 2012

Del pasado al futuro.

Hoy seré breve. Porque una imagen vale más que mil palabras dicen.
Sólo dejar constancia de la enorme ilusión que ha regresado a mi corazón por volver a pisar viejos hayedos. Por reencontrarme con tan enormes amigos.
Mayo del 2013. Una esperanza. Una ilusión.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Disfrutar la Meta. Magovia 2012

Aunque han pasado ya un buen puñado de días vamos a cerrar el reto de la Madrid Segovia con su correspondiente crónica:
Los 15 días anteriores a la prueba los afronté con tranquilidad. La última tirada larga fue justamente el día 9 de Septiembre. Aquel día cayeron 37 km donde esos últimos 7 justamente, fueron bastante duros con algo de falta de fuerzas, pero no me dejé llevar por el desánimo ni el alarmismo. A partir de ese día era consciente que lo principal era descansar mucho y  que tenía tiempo suficiente para conseguirlo. Sólo volví  a trotar 4 veces más y de ellas 1 único día en la última semana, justamente 30' 48h antes, para soltar y estirar. Esto me vino de lujo para recuperar y cargar las piernas de reservas.
Con estos precedentes me puse en la linea de salida el pasado 22/09. Acompañado de un buen puñado de amigos, unos en modalidad de equipo, otros en individual. Todos en general preparados para lo que nos esperaba aunque algunos cargados con circunstancias desfavorables en las últimas semanas u horas.
La prueba en sí no puedo decir que me maravillara. Sendas arenosas, donde la sequedad provocada por la ausencia de lluvias de este año ha hecho que se acentuara la sensación de erial. Este mismo recorrido en otras fechas (finales de octubre por ejemplo) probablemente permitiría distrutar de los primeros "brotes verdes". Cañadas baldías y polvorientas que añaden un puntito de dureza a la propia distancia.
El tema organización como en otras muchas, excelente en cuanto a los voluntarios que en lineas generales se desviven por los participantes pero justito, incluso escaso por parte de la logística. En este recorrido y con las temperaturas previstas no se puede limitar el avituallamiento líquido a una botella de 33 cl. de agua. Considero que lo que se paga es suficiente para cubrir este apartado considerando que en el resto de la logística no hay excesivos alardes, ni puede que se necesiten.

En cuanto al desarrollo de la prueba en sí, en general puedo decir que fue satisfactoria. Personalmente tenía ante mí el reto de ser por fin capaz de adaptarme a una ultra. No se trataba de terminar o no. Se trataba de adaptarme a la prueba, leer la carrera, dejarme simplemente llevar. El equipo que formamos me ayudo sobremanera. Acerté de pleno al elegir compañeros de viaje. Serenos, experimentados y prudentes por naturaleza o por circunstancias, así fui uno más. Dejando aparcada mi naturaleza inquieta y nerviosa. Desde el primer momento preferí cerrar el grupo que encabezarlo. Charlando, bromeando, observando simplemente dejé transcurrir la primera parte de la prueba. Con la única inquietud de saber como le iría a nuestra "élite" en su carrera. Así llegamos hasta Colmenar Viejo.

En el tramo de Colmenar al puente Medieval mi amigo Luis comenzó a relegarse del grupo. Sin ir demasiado deprisa se abría hueco entre ambos y a la sombra de alguna encina le esperaba. Aunque no fueron los mejores momentos que compartir, era consciente de que eran los que debía hacerlo por que es posible que ya no hubiera otros unos kilómetros más tarde. En momentos así, aunque se es consciente de que no hay forma posible de ayudar, de traspasar fuerzas o ánimos uno no puede dejar de alentar, bromear y confiar en que sea eventual y no definitivo el bache. Del mismo modo valoré positivamente no dejarme llevar por el ansia que me hubiera empujado en busca de mis compañeros adelantados y ser capaz de vivir aquella circunstancia. En el puente Luis lo dejó. Por desgracia no era su día y aunque en esta ocasión, al contrario que en Asturias meses atrás, las condiciones metereológicas y el tiempo no hubieran sido problema para esperar lo que hiciera falta, prefirió abandonar.

Arranqué desde aquí con fuerza. Llevado por la rabia del abandono del amigo y por el sobrante de fuerzas de haber realizado los ultimos kms algo más tranquilo este fue el tramo en que me puse con más energía al frente del grupo. Así hasta la llegada a Manzanares del Real donde una nueva desilusión nos esperaba. Fernando también se retiraba con lo que implicaba dejar fuera de competición al equipo "A". Mal se tuvo que ver mi amigo Samurai para tomar la decisión. Habrá más oportunidades y seguro que más propicias.

Salimos de Manzanares ya con la prudencia necesaria para abordar la parte más exigente por perfil y por temperaturas sobre todo. Sin cebarnos en ningún momento. Alternándonos en el ritmo, en los ánimos y en la charla dejamos pasar los kilómetros que nos llevaran hasta Mataelpino donde encontré lo mejor de todo el recorrido... una maravillosa fuente.

Avituallamiento, gel frio que me vino de lujo y partimos hacia la Barranca. En un punto de este tramo alcanzo la parte conocida por mi, todo lo anterior me era completamente desconocido y lo que viene a partir de ahora ya no. Eso me da mucha confianza y me hace sentirme más seguro. Emocionante momento en el que aparecen Arantxa, Fernan y Angela de pomponeros. Primeros corredores "tirados" por calambres y por calor y eterna pista hasta el avituallamiento de la Barranca. Aquí malos modos de los encargados del puesto que habían reservado la zona de sombra para sus enseres y para las bebidas y no para los exhaustos corredores que buscaban un lugar donde sentarse y respirar... Envío un wasap a mi familia para anunciarles que en unos 45' estaré en Cercedilla. Se acerca el momento del encuentro familiar. Vamos bien de fuezas, llaneamos bien, subimos el tramo duro antes de la fonda Real y nos dejamos llevar hasta Cercedilla adelantando a algunos corredores y descolgando levemente a David.

En Cercedilla muchos amigos, las mujeres e hijos de otros compañeros animando y mi familia esperando con el cuscus previsto para recobrar fuerzas. Bebo Cocacola, lo que más me apetece porque me aporta frescura y "esa chispa de la vida". Cambio de calcetines y zapas. Al final estamos unos 45' calculo y decidimos marchar. Cometiendo el error más grave de toda la carrera. No esperar a David que había llegado algo más tarde y que aún estaba recuperandose.

Callejeamos alegres por Cercedilla y tomamos la carretera de las dehesas. Este tramo habría de ser revisado por la organización. Los coches pasan a centímetros de los corredores y no quiero imaginar como será una hora más tarde cuando la noche ya es prácticamente plena. Así llegamos al avituallamiento que cruza la Calzada Romana, Tomamos nuestra dosis de líquido y atacamos con confianza la subida a la Fuenfría por la carretera de la repúblca. Esta se hace larga, la hacemos prácticamente andando y cuando llegamos al puerto es noche cerrada ya. Lo peor, el caminar hace que el apoyo de mis pies sea más intenso que las zancadas y para cuando llego al puerto tengo ya ampollas en los mismos. Aviso a mis compis que me concedan unos minutos para tratarlas con un alfiler.

Cuando reanudamos el camino los primeros apoyos son muy dificultosos. Al escozor y dolor propio se unen unos metros irregulares y pedregosos. Pero poco a poco voy obligándome a mantener un ritmo y finalmente soy capaz de correr junto con mis amigos hasta la Fuente de la Reina. En el tramo asfaltado alternamos caminar con carrera, dependiendo de la pendiente. Disfruto de la noche. Si la climatología es benigna y el terreno no es técnico (¡claveles por ejemplo no por favor!) la noche me aporta un sosiego que me gusta en este tipo de carreras. El silencio, los sonidos de las aves nocturnas, el sonido de las copas de los árboles... Sorprendentemente ahora sufro más caminando que corriendo así que en algunos momentos prefiero ir trotando al paso mis compañeros que caminan. Ppong comienza con sus problemas de estómago y eso hace que caminemos algo más.

En la Cruz de la Gallega tengo que volver a tratar mis ampollas que ahora son sanguinolentas. Nueva operación de "vaciado" esta vez con la Vitorinox y a correr. Bueno a maldecir los primeros metros nuevamente por terreno irregular que hace que maldiga un poco más de la cuenta. Único momento en que perdí un poco los nervios ante la frustración de ver que a pesar de llevar fuerzas los pies me martirizaban. Pero me sobrepuse. Animándome a mi mismo en voz alta, alentándome, motivándome intentaba no retrasar en demasía a mis compañeros. Por desgracia caminamos más de la cuenta y todo se hacía más largo. Además las marcas de señalización no eran las mejores y había que estar atento.

Así alcanzamos la entrada a Segovia, ya con la única idea de llegar y dar descanso a mis maltrechos pies. Fuimos callejeando y poco a poco alcanzamos las calles aledañas al acueducto donde la presencia de la gente y especialmente de nuestros amigos nos "obligaron" a realizar una entrada ligera en meta.

Después de casi 16 horas podía detenerme. Me ofrecían un trozo de bocadillo que no me apetecía y me entregaban una medalla que ahora mismo no sé donde estará. Me siento en una silla y descanso. Pienso en mis pies. Castigados pero que han logrado llevarme hasta mi objetivo.

Disfrutar la meta. Esa es mi cuenta pendiente con las ultras. Se llega tan cansado física y animicamente que solo soy capaz de pensar en eso, el esfuerzo realizado cae implacable sobre mi. Y sólo pienso en cambiarme de ropa, llegar a mi casa y descansar. Una pena porque a mi alrededor, muchos y GRANDES amigos me reodean, nos esperaban y, merecían que les hubiera dedicado más atención. Os pido disculpas. Así que ya tengo asignatura pendiente para la próxima: Disfrutar esa meta. Olvidarme de todo lo pasado (bueno, malo o regular) y vivir ese momento con quienes me rodeen y conmigo mismo. Se lo debo. Me lo debo.


Fotos de Arantxa y Pedro Gracia