viernes, 24 de octubre de 2014

De vuelta al "lactico".

Hay que ver lo pronto que olvidan nuestros músculos la ausencia de oxígeno. 
Tanto tiempo volcado en ritmos aeróbicos, propios de montaña y ultras que en cuanto exigimos un poquito a nuestras piernas parecen "choped".
Hace unas semanas varié un poco mis entrenamientos habituales. Buena culpa de ello la tiene la soledad. Entendiéndose como tal la imposibilidad de entrenar con alguien por horarios o recorridos no compatibles.
Así que bastaron unos cuantos entrenamientos seguidos, de unos 40 minutos de duración para que el cuerpo fuera cogiendo ritmo y, para que este cada vez fuera algo más rápido.
De tal forma llega el día en que te encuentras animado y decides acelerar durante uno, dos o tres kilómetros. Ahí aparece de nuevo el láctico, cuando en ritmos anaeróbicos nuestras piernas parecen flanes. 
Foto web cañadasxcolmenarejo
Y me gustó el reencuentro con esas sensaciones olvidadas. Desde luego bastan ahora unos esfuerzos menores para entrar en fatiga. Pero me rescataron la sensación de corredor. 
En cierta forma he recuperado una vieja forma de correr olvidada durante unos cuantos años donde por molestias y objetivos había dejado de lado este tipo de entrenamiento.
Así, reflexionando, descubrí que el futuro puede estar en una vuelta al pasado más que en un más lejos cada día donde no termino de verme.
No se trata tanto de saltar de los 40 a los 60 y de los 60 a los 100 km para dar el salto a ... quizá sea suficiente regresar a los 10 y buscar tu nuevo límite para compararlo con aquel que alcanzaste tiempo atrás.¿Cuantos minutos habré perdido? ¿cual será mi ritmo medio actual? ¿en cuanto sería capaz de hacer un maratón de asfalto ahora?.
Es lo que me apetece en este momento. Correr. Sentirme runner de nuevo. No ahogarme en cuanto el ritmo se acelera.
En el horizonte la Tragamillas. Cercana y conocida. Quizá algún 10.000 en Madrid previo y como novedad, un triatlon por relevos y modalidades con otros amigos del club de natación de mi hijo, donde cada uno haga su especialidad. La mía obviamente la carrera a pie.
En cierta forma, parece que toca un regreso al pasado.


viernes, 8 de agosto de 2014

UTDS DesafiOSOmiedo. Objetivo logrado.

Esta Ultra Trail DesafiOSOmiedo ha sido sin duda el reto de la temporada. 
Estamos ante una gran carrera. Un circuito duro y exigente. Un entorno precioso. Unas gentes volcadas mayoritariamente con el evento. Una organización preocupada en hacer las cosas bien y unos voluntarios totalmente entregados al servicio del corredor.
Con todo esto, personalmente no cabe sino poner un sobresaliente a esta prueba y declararla como totalmente recomendable. 
Dentro del circuito hay trayectos donde cada mirada sería una foto para el recuerdo. Peñas, prados, teitos, lagunas... en sucesión de montañas y valles pequeños y grandes. Rincones abruptos y llanuras apacibles.
A mi, desde luego me ha encantado. Y aunque conocía algo del recorrido, no ha dejado de sorprenderme en  muchos de sus tramos.
En lo personal realmente contento. Es la ultra en la que más he disfrutado y en la que en mejores condiciones he llegado al final. Durante la misma fui concentrado pero totalmente relajado (salvo una de las ultimas bajadas con un par de caidas). Sin duda alguna creo que he hecho una buena carrera. Con el clásico "só y arre" en la mente para controlarme en la euforia y activarme ante la cansina rutina.
Cuando llegaba al km 30, primer punto de control de chip y avituallamiento serio me cantaron el puesto 145 de la carrera. Terminé el 103. Adelanté muchos puestos subiendo casi siempre. Perdí unos cuantos en las bajadas. Especialmente en la pronunciada de los Bígaros donde tuve que parar un par de veces para descansar las rodillas y las posteriores a la tormenta que hizo que el terreno se volviera resbaladizo y peligroso. En estas circunstancias me vuelvo realmente torpe, conservador y pienso que mejor perder 20' que la carrera en una mala caida. Luego en meta esos 20' pesan. Pero la decisión es correcta.
Tan contento terminé que empiezo a pensar que esto de las ultras igual no me es tan esquivo. Que igual voy cogiendo el tiento a estas pruebas. Eso sí, tengo que seleccionar en la medida de lo posible los perfiles e intentar evitar aquellos de bajadas más pendientes. Si encima se mezclan con lluvia... no me va nada bien. 
El paso de los años me va pasando factura y aunque mis cuadriceps son fuertes y musculados las rodillas comienzan a sufrir de más. Tengo que ser prudente. Todo en función del porcentaje de la pendiente unicamente.
Para mi memoria quedan esos pasos por el Cornón, el cresteo por los Bígaros con esa pendiente de bajada que era una ostiagorri al cuadrado.
Ha sido un fin de semana redondo en compañía de mi familia y mis amigos Los Locos del Cerro con una numerosa representación en carrera y animando. Cada vez corren más y mejor. Cada vez me dejan más atrás. El mérito ya es casi resistir y aguantar con gente de su nivel.
En fin, quedan unos recuerdos realmente imborrables y una carrera que ocupará un lugar importante en mi memoria. Y, fundamentalmente una mayor convicción de que haciendo las cosas bien, con cabeza durante la prueba, ¿por que no? puedo llegar a disfrutar plenamente de estos retos.
Eso sí. Uno al año que hace menos daño.

martes, 10 de junio de 2014

MAM 2014. Pinceladas y reflexiones.

Pues una vez más hemos cumplido con la cita anual del Maratón Alpino Madrileño, ese que me vio nacer como corremontes hará 18 años ya.
El día agradable de temperatura aunque excesivamente ventoso en la zona de Guarramillas y Cabeza de Hierro Menor, hasta el punto que use el cortavientos en ese tramo tanto a la ida como a l
a vuelta.
La organización como siempre, impecable en cuanto al trato con los corredores y adecuada para la carrera. Seguro que hay cosas mejorables. Seguro que hay gente a la que la bolsa del corredor le parece escasa. Pero como ya he dicho esta carrera tiene personalidad propia y quien viene a correr aquí no lo hace por una camiseta de finisher técnica que lucir en los entrenamientos. Lo hace por vencer el reto de ascender varias veces por encima de los 2000 mts en poco más de 40 km.
¿El público? ¡Ay el público!. Pues sinceramente el habitual en esta prueba. Ni más ni menos. Los voluntarios, los familiares y amigos de los participantes y algunos "chalados" que deciden disfrutar del espectáculo.
Pero aún siendo el habitual y no pillándome por sorpresa este año en cambio me ha revuelto las entrañas ser testigo de la escasa popularidad que tiene nuestro deporte en nuestra comunidad. Imagino que será una cuestión de fondo, de educación. El que en unas zonas de este país haya pueblos volcados con su carrera, entendiéndola como una fiesta, convirtiéndola en un espectáculo que a la vez es un reclamo.... y aquí nada. Palabras de ánimo de los senderistas por lo general y cuando no alguna mirada de enfado por la concurrencia en el espacio físico o ignorancia hacia tu presencia cuando creo que ambos deberíamos valorar el esfuerzo del otro ya que todos amamos el monte. Yo por mi parte animo a cualquier montañero, caminante que me cruzo tanto como a quienes me sobrepasan o adelanto con un dorsal.
Y por otra parte, me resisto a claudicar y dejar que nuestras carreras queden huérfanas de animación. Creo que hay grupos de personas como los Bandoleros, Samburiel o los Locos que viven el espectáculo de estas pruebas y que a su manera ponen la nota de color en las mismas. Sería formidable que lográramos aunar esfuerzos y concentrar ese puñado de gente, 200, 500, los que sean capaces de crear para los corredores, aunque sea una sola vez, el mito de una cima, de un paso, de un collado. Estoy seguro que sería germen para el nacimiento de otros posteriores y quien sabe si por fin el acercamiento de la gente a nuestras queridas carreras. No me importaría pelear por ello.
Finalmente un momentazo que  tuve la suerte de presenciar y que resume concisa y claramente el trabajo, el esfuerzo y la tensión acumulada de quienes organizan y trabajan en estas pruebas. El abrazo emocionado, liberador de tensión y estrés que la gran y queridísima por todos los que la conocemos Mercedes "Rita Pelos" entregó a su equipo de colaboradoras una vez terminada la prueba. Mi más sincero reconocimiento y admiración a su trabajo.
Para quienes quieran leer mi crónica de la carrera os dejo el enlace del Blog de los Locos donde la tenéis

jueves, 5 de junio de 2014

Una mayoría de edad.

 Este 8 de junio se cumple la XVIII edición del Maratón Alpino Madrileño, "mi carrera", aquella que justamente un 8 de junio de hace dieciocho años se convirtió en una loca aventura que perdura.
Porque tengo claro que lo que hoy soy como corremontes se lo debo al veneno que aquella experiencia inoculó en mi. La ilusión de esperar la segunda edición para volver a afrontar aquel reto marcó mi futuro correril.
El MAM es una carrera con carácter. Seguro que hay carreras más bellas, más duras, más técnicas y que dejen más poso en los finisher. Pero es innegable que el MAM tiene personalidad propia. Esa subida y bajada por la pista de esquí a Guarramillas, las lomas del Noruego, la cima de Peñalara y especialmente esos tubos de cabezas en sus dos variantes ascendidas en estos años no dejan indiferente a nadie. Cada tramo tiene valía por si mismo y tiene su particular hábitat de montaña.
A mi me gustaba enormemente el tramo de la Laguna de los pájaros y también la dureza mental que suponía el camino smichd cuando eran los últimos kilómetros de las primeras ediciones. Pero entiendo que el apoyo y la infraestructura que presta una población como Cercedilla es importante para la prueba.
En mis recuerdos están también aquellas ediciones que se recortaron por borrascas tardías que dejaron nevadas y frío en pleno junio. Aquella cima de Peñalara con -3º. Inevitable recordar momentos de gloria y de penurias. Hubo en este tiempo algunas caídas, algún esguince serio, varias peticiones a mi santa en meta de que "no me dejara volver al siguiente año", euforia y cansancio. Un momento importante fue la décima edición donde tenía decidido dejarlo y es probable que lo hubiera hecho de no ser un quiste de backer en el plopíteo que me hizo empecinarme. ¿Para que iba a renunciar voluntariamente si cualquier día una lesión, una gastroenteritis o una inoportuna boda me lo impediría?. 
Puedo presumir de haber compartido km con un montón de corredores, tener siempre una palabra de ánimo para quien me adelanta y para quien sobrepaso. De haber cruzado la meta de la mano de amigos habituales y de desconocidos hasta aquél día. Y sobre todo de haber transmitido la emoción de esta carrera a muchos compañeros de entreno que han probado su grandeza. De alguna manera he bautizado un buen puñado de "MAMones" jeje.
Con todo esto, y el puñado de años que supone sumar 18 a cualquier edad de partida que uno pueda suponer estaré de nuevo el domingo en la linea de salida, dispuesto a sobrevivir una vez más. 
¡¡Aúpa MAM!!.


jueves, 27 de febrero de 2014

Soñando Zegama.

Mañana es el día del sorteo de Zegama y algunos sueños se cumplirán. Un puñado de afortunados tendrán la ocasión de disfrutar de la que para mi, es la mejor carrera de montaña que he conocido y, estoy seguro una de las mejores que se celebran en todo este planeta.
Yo, he tenido la fortuna inmensa de disfrutar de semejante evento en más de una ocasión. Desde la intensidad de  la competición luchando contra el crono, a la tranquila e imborrable de acompañante, o la responsabilidad de corredor escoba.
Bien sabéis mis amigos lo que aquellos bosques y aquellas gentes significan para mi. Lo unido que me siento a pesar de la distancia. El peso que tiene en mi vida como corredor. La paz que aportan a mi espíritu sus recuerdos.
Alguno de vosotros puede ser mañana tocado por el destino.
Alguno de vosotros sentirá el nudo en el estómago de la responsabilidad horas antes. Se verá absorto en el devenir junto a la iglesia de un puñado de los mejores corredores del planeta. Emocionados durante la presentación de la carrera. Nerviosos ante la necesidad de conciliar el sueño la noche previa. 
Todo un pueblo volcado en su carrera. Volcado en vosotros. Sentiréis sus miradas de orgullo propio y de admiración sincera hacia vosotros.
Ellos aman su tierra. Ellos saben bien a lo que os enfrentáis.
Porque de buena mañana el Aizkorri se presentará majestuoso ante vosotros, posiblemente cubierto de niebla. La mañana fresca y húmeda. Da igual. Nada os va a impedir disfrutar de aquello que tanto habéis deseado. 
Todo comienza con esa fabulosa vuelta a la población, escaparate para recibir el aliento y los vítores del público y de paso calentar apenas las piernas. Cumplida la cual, llega la primera subida importante donde cuesta enfriar la cabeza y no dejarse llevar por la manada.
Así poco a poco, entre barro, charcos y piedras lisas vamos alejándonos de la población dejando atrás algún caserío para adentrarnos en sendas y pistas que nos conducen a Otzaurte. Acaba el calentamiento y comienza la carrera. Entre sendas y prados vamos ascendiendo. Allí donde caliza, musgo y hojas secas se funden, poco antes del último tramo de ascensión al Aratz hallaréis una hondonada mágica y mullida donde uno querría detener el tiempo. 
Tras la zona pedregosa la cima y tras ella la búsqueda de las praderas de alta montaña. Un horizonte verde y plata. Aquí ya lleváis la adrenalina disparada, barruntáis la marea humana posterior a la misticidad del paso por la ermita. 
En Santo Espíritu cargareis las pilas y tomaréis la escalera hacia el cielo que forman todas las  personas que os esperan animando a modo de balaustrada donde apoyaros hasta alcanzar la gloria del Aizkorri con su pasillo humano y las voces, con un nudo en la garganta. El Olimpo de los corredores de montaña.
Fabulosa crestería caliza, inolvidable bajada de Ostiagorri para llegar a un tramo donde jugaréis al escondite con quienes os preceden y con quienes os siguen. Un veo y no veo. Toboganes, giros, piedra, troncos... para vislumbrar un paraíso tricolor de verde, plata y azul  en las campas de Urbía. Andraiz, ese último esfuerzo que nos sale del alma aunque la llevemos partía y ya sólo queda bajar. Encontrando gnomos en rincones espectaculares. Donde el musgo cubre cada milímetro de roca, donde la alfombra de hojarasca y barrillo nos encauza hasta la población de nuevo. Para entregarnos totalmente al deleite y a la locura. Para sentirnos plenamente únicos, especialmente afortunados. Cada gota de sudor vertida en el esfuerzo la Zegama nos la devuelve con creces en forma de vida y eso, no os quepa duda, os acompañará ya para siempre.
Suerte amigos.

lunes, 10 de febrero de 2014

Esa bruma sobre el agua.

Hay momentos que son especiales, casi mágicos. Aquellos que por una u otra razón quedan grabados en nuestra memoria y provocan sentimientos en nuestra alma.
Hoy he rescatado uno de esos momentos especiales de mi memoria.
Aquel en el que cuatro amigos en un mes de julio, en un paraje de Euskadi durante unos minutos sintieron paz y emoción tras la tormenta.
Después de una noche de perros, calados, magullados, después de numerosas caídas, de decenas de resbalones. De una heladora noche, de la niebla y el desánimo, de pronto, ante nosotros recuerdo un remanso de calma en modo de pequeño embalse o laguna, con la bruma sobre el agua en las primeras horas del día. Aquella visión nos sobrecogió y nos embaucó. No pudimos evitar parar, arrebujar nos y hacer piña para traspasarnos fuerzas y ánimo. No pudimos evitar pensar que lo peor ya había pasado. No pudimos evitar sentirnos poderosos, invencibles. Fue como digo, un momento mágico e inolvidable. Recuerdo además que posteriormente vino acompañado de un precioso tramo que discurría por una cornisa que iba atravesando pequeños puentes y puertas de madera. Los cuatro mosqueteros en plena búsqueda de la gloriosa ultra distancia.
Después, volvió nuevamente la brega contra los elementos en forma de barro, lluvia, cansancio y desánimo. Logrando quebrar la voluntad de dos de nosotros.
Cuando las cosas no salen como uno quiere. Cuando se suceden las malas noticias, el desánimo. Cuando las rachas vienen torcidas. Cuando uno yerra. Siempre hay un instante bueno. Algo a lo que aferrarse.
No olvidemos esos instantes mágicos. Dentro de la tormenta. A pesar de la tormenta, seguro que hay algo bello que recordar. Algo emocionante que sentir. Algo nuevo que aprender. Algo interesante que contar. Algo que nos hace sentir vivos. Algo que nos hace revivir.