viernes, 1 de junio de 2018

CARTA ABIERTA A UN@ FUTUR@ SUPERVIVIENTE DEL MAM.



Hola amig@. Es probable que a pocas horas de afrontar este reto que te has marcado desde hace tiempo en tu agenda las dudas y los nervios te asalten.
Inevitablemente vas a tener que convivir con ellos hasta el próximo domingo cuando el pistoletazo de salida tenga lugar pero, ¿acaso no forma parte de lo maravilloso que es sentirse viv@?.
Seguro que has entrenado mucho, o lo que has podido. Aunque ente tú y yo, siempre parezca poco desnivel, posos kms, poco terreno técnico… ¡qué importa!. Lo fundamental son tu cabeza y tu corazón. La primera para gestionar la carrera, el segundo para disfrutarlo y sufrirlo apasionadamente.
Porque el MAM ya es Ultradistancia, va más allá de los 42 míticos kilómetros y eso significa que vas a pasar por momentos de euforia, emoción, crisis y superación personal. No quieras terminar demasiado pronto, saborea cada km, cada compañer@ de viaje, cada puesto de avituallamiento, siempre habrá tiempo de ser ligero y te aseguro que poder serlo al final es un alivio cuando sólo piensas en llegar.
Ni te enterarás de la subida hasta el puerto de Navacerrada, Bola estará al alcance de la mano, la loma del Noruego te emboscará con piedras que agarran la puntera de tus zapatillas, pero Cotos aparecerá como un oasis. Subes a Peñalara zigzagueando y a partir de Dos Hermanas falta un poco el aire. Bajada ligera de regreso, cuídate los tobillos. De nuevo Cotos, parece que esto marcha. Comienza el calor y la humedad por los senderos. Base de Cabezas, que pequeños somos cuando miramos hacia arriba. Unos locos allí arriba gritan animando. Parece que no llego, paciencia, no queda otra. Pasito a pasito, bocanada a bocanada de aire. Cima. Te aconsejo que te tomes 15 segundos y mires de dónde vienes. Lo has hecho tú, ¡vamos!. Valdemartín, piernas cansadas y torpes para tanta piedra enterrada, vamos que ya llega Bola y la bajada al puerto de nuevo. Fuerzas extras en el avituallamiento y especialmente gracias a los ánimos de algún familiar o amigo. Ahora sí, ya sólo queda bajar, dejarse caer, ahora vienen muy bien todas esas miguitas de fuerzas guardadas para ser constantes en el ritmo, para que los km no se hagan demasiado largos, para ir pasando arroyos y helechos. Para dejar el embalse de Navalmedio a nuestro lado y escuchar el sonido de la megafonía de meta, del pueblo, para empezar a emocionarnos y decirnos “¡¡¡siiiii!!!” para nuestros adentros. Que lo vamos a conseguir y que seremos un@ Superviviente del Maratón Alpino Madrileño. Esa querida y veterana carrera de montaña de nuestro país que merece la pena vivir al menos una vez en la vida si eres corredor de Trail.
Y, si durante esta experiencia tienes en algún momento la oportunidad de compartir metros con alguno de esos empecinados que llaman “megasupervivientes” arrímate bien a ellos si puedes, porque son garantía de meta.
PD. Con todo mi cariño y admiración a mis compañeros Megasupervivientes. Quien como ellos mira atrás y sabe la de km, emociones, lágrimas y sonrisas. Dificultades, personas que están y estuvieron, viejos y nuevos compañeros. En definitiva, lo difícil que es llegar hasta aquí, valora profundamente ese esfuerzo y siente sincera emoción de ser uno más de ellos. Gracias.


1 comentario:

Unknown dijo...

Grande Prisi! Cuanto se aprende de ti!