Y de entre la bruma llegan los nuevos días. El futuro, ilusiones, retos y desafíos. Tras el descanso calzarse para retomar el camino y afrontar la próxima batalla.
No podemos rendirnos, la vida no te deja a poco que la mires. Te muestra. Se muestra. Te llama y te toma.
Así que no merece la pena resistirse. Es apasionante observarla.
Calzado, parapetado en su gastada coraza, el veterano legionario se pone de nuevo en marcha.
¡Roma Vincit!.
2 comentarios:
Te deseo un año lleno de grandes batallas veterano legionario y que tus armas sirvan para disfrutar de la libertad de la montaña.
Ah, ¡Espero combatir en algunas!
Aunque nos duela el cuerpo cada vez más desgastado y nos hastíen el alma. Venceremos.
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