Aunque han pasado ya un buen puñado de días vamos a cerrar el reto de la Madrid Segovia con su correspondiente crónica:
Los 15 días anteriores a la prueba los afronté con tranquilidad. La última tirada larga fue justamente el día 9 de Septiembre. Aquel día cayeron 37 km donde esos últimos 7 justamente, fueron bastante duros con algo de falta de fuerzas, pero no me dejé llevar por el desánimo ni el alarmismo. A partir de ese día era consciente que lo principal era descansar mucho y que tenía tiempo suficiente para conseguirlo. Sólo volví a trotar 4 veces más y de ellas 1 único día en la última semana, justamente 30' 48h antes, para soltar y estirar. Esto me vino de lujo para recuperar y cargar las piernas de reservas.
Con estos precedentes me puse en la linea de salida el pasado 22/09. Acompañado de un buen puñado de amigos, unos en modalidad de equipo, otros en individual. Todos en general preparados para lo que nos esperaba aunque algunos cargados con circunstancias desfavorables en las últimas semanas u horas.
La prueba en sí no puedo decir que me maravillara. Sendas arenosas, donde la sequedad provocada por la ausencia de lluvias de este año ha hecho que se acentuara la sensación de erial. Este mismo recorrido en otras fechas (finales de octubre por ejemplo) probablemente permitiría distrutar de los primeros "brotes verdes". Cañadas baldías y polvorientas que añaden un puntito de dureza a la propia distancia.
El tema organización como en otras muchas, excelente en cuanto a los voluntarios que en lineas generales se desviven por los participantes pero justito, incluso escaso por parte de la logística. En este recorrido y con las temperaturas previstas no se puede limitar el avituallamiento líquido a una botella de 33 cl. de agua. Considero que lo que se paga es suficiente para cubrir este apartado considerando que en el resto de la logística no hay excesivos alardes, ni puede que se necesiten.





En Cercedilla muchos amigos, las mujeres e hijos de otros compañeros animando y mi familia esperando con el cuscus previsto para recobrar fuerzas. Bebo Cocacola, lo que más me apetece porque me aporta frescura y "esa chispa de la vida". Cambio de calcetines y zapas. Al final estamos unos 45' calculo y decidimos marchar. Cometiendo el error más grave de toda la carrera. No esperar a David que había llegado algo más tarde y que aún estaba recuperandose.
Callejeamos alegres por Cercedilla y tomamos la carretera de las dehesas. Este tramo habría de ser revisado por la organización. Los coches pasan a centímetros de los corredores y no quiero imaginar como será una hora más tarde cuando la noche ya es prácticamente plena. Así llegamos al avituallamiento que cruza la Calzada Romana, Tomamos nuestra dosis de líquido y atacamos con confianza la subida a la Fuenfría por la carretera de la repúblca. Esta se hace larga, la hacemos prácticamente andando y cuando llegamos al puerto es noche cerrada ya. Lo peor, el caminar hace que el apoyo de mis pies sea más intenso que las zancadas y para cuando llego al puerto tengo ya ampollas en los mismos. Aviso a mis compis que me concedan unos minutos para tratarlas con un alfiler.
Cuando reanudamos el camino los primeros apoyos son muy dificultosos. Al escozor y dolor propio se unen unos metros irregulares y pedregosos. Pero poco a poco voy obligándome a mantener un ritmo y finalmente soy capaz de correr junto con mis amigos hasta la Fuente de la Reina. En el tramo asfaltado alternamos caminar con carrera, dependiendo de la pendiente. Disfruto de la noche. Si la climatología es benigna y el terreno no es técnico (¡claveles por ejemplo no por favor!) la noche me aporta un sosiego que me gusta en este tipo de carreras. El silencio, los sonidos de las aves nocturnas, el sonido de las copas de los árboles... Sorprendentemente ahora sufro más caminando que corriendo así que en algunos momentos prefiero ir trotando al paso mis compañeros que caminan. Ppong comienza con sus problemas de estómago y eso hace que caminemos algo más.
En la Cruz de la Gallega tengo que volver a tratar mis ampollas que ahora son sanguinolentas. Nueva operación de "vaciado" esta vez con la Vitorinox y a correr. Bueno a maldecir los primeros metros nuevamente por terreno irregular que hace que maldiga un poco más de la cuenta. Único momento en que perdí un poco los nervios ante la frustración de ver que a pesar de llevar fuerzas los pies me martirizaban. Pero me sobrepuse. Animándome a mi mismo en voz alta, alentándome, motivándome intentaba no retrasar en demasía a mis compañeros. Por desgracia caminamos más de la cuenta y todo se hacía más largo. Además las marcas de señalización no eran las mejores y había que estar atento.
Así alcanzamos la entrada a Segovia, ya con la única idea de llegar y dar descanso a mis maltrechos pies. Fuimos callejeando y poco a poco alcanzamos las calles aledañas al acueducto donde la presencia de la gente y especialmente de nuestros amigos nos "obligaron" a realizar una entrada ligera en meta.
Después de casi 16 horas podía detenerme. Me ofrecían un trozo de bocadillo que no me apetecía y me entregaban una medalla que ahora mismo no sé donde estará. Me siento en una silla y descanso. Pienso en mis pies. Castigados pero que han logrado llevarme hasta mi objetivo.
Disfrutar la meta. Esa es mi cuenta pendiente con las ultras. Se llega tan cansado física y animicamente que solo soy capaz de pensar en eso, el esfuerzo realizado cae implacable sobre mi. Y sólo pienso en cambiarme de ropa, llegar a mi casa y descansar. Una pena porque a mi alrededor, muchos y GRANDES amigos me reodean, nos esperaban y, merecían que les hubiera dedicado más atención. Os pido disculpas. Así que ya tengo asignatura pendiente para la próxima: Disfrutar esa meta. Olvidarme de todo lo pasado (bueno, malo o regular) y vivir ese momento con quienes me rodeen y conmigo mismo. Se lo debo. Me lo debo.
Callejeamos alegres por Cercedilla y tomamos la carretera de las dehesas. Este tramo habría de ser revisado por la organización. Los coches pasan a centímetros de los corredores y no quiero imaginar como será una hora más tarde cuando la noche ya es prácticamente plena. Así llegamos al avituallamiento que cruza la Calzada Romana, Tomamos nuestra dosis de líquido y atacamos con confianza la subida a la Fuenfría por la carretera de la repúblca. Esta se hace larga, la hacemos prácticamente andando y cuando llegamos al puerto es noche cerrada ya. Lo peor, el caminar hace que el apoyo de mis pies sea más intenso que las zancadas y para cuando llego al puerto tengo ya ampollas en los mismos. Aviso a mis compis que me concedan unos minutos para tratarlas con un alfiler.
Cuando reanudamos el camino los primeros apoyos son muy dificultosos. Al escozor y dolor propio se unen unos metros irregulares y pedregosos. Pero poco a poco voy obligándome a mantener un ritmo y finalmente soy capaz de correr junto con mis amigos hasta la Fuente de la Reina. En el tramo asfaltado alternamos caminar con carrera, dependiendo de la pendiente. Disfruto de la noche. Si la climatología es benigna y el terreno no es técnico (¡claveles por ejemplo no por favor!) la noche me aporta un sosiego que me gusta en este tipo de carreras. El silencio, los sonidos de las aves nocturnas, el sonido de las copas de los árboles... Sorprendentemente ahora sufro más caminando que corriendo así que en algunos momentos prefiero ir trotando al paso mis compañeros que caminan. Ppong comienza con sus problemas de estómago y eso hace que caminemos algo más.
En la Cruz de la Gallega tengo que volver a tratar mis ampollas que ahora son sanguinolentas. Nueva operación de "vaciado" esta vez con la Vitorinox y a correr. Bueno a maldecir los primeros metros nuevamente por terreno irregular que hace que maldiga un poco más de la cuenta. Único momento en que perdí un poco los nervios ante la frustración de ver que a pesar de llevar fuerzas los pies me martirizaban. Pero me sobrepuse. Animándome a mi mismo en voz alta, alentándome, motivándome intentaba no retrasar en demasía a mis compañeros. Por desgracia caminamos más de la cuenta y todo se hacía más largo. Además las marcas de señalización no eran las mejores y había que estar atento.
Así alcanzamos la entrada a Segovia, ya con la única idea de llegar y dar descanso a mis maltrechos pies. Fuimos callejeando y poco a poco alcanzamos las calles aledañas al acueducto donde la presencia de la gente y especialmente de nuestros amigos nos "obligaron" a realizar una entrada ligera en meta.
Después de casi 16 horas podía detenerme. Me ofrecían un trozo de bocadillo que no me apetecía y me entregaban una medalla que ahora mismo no sé donde estará. Me siento en una silla y descanso. Pienso en mis pies. Castigados pero que han logrado llevarme hasta mi objetivo.
Disfrutar la meta. Esa es mi cuenta pendiente con las ultras. Se llega tan cansado física y animicamente que solo soy capaz de pensar en eso, el esfuerzo realizado cae implacable sobre mi. Y sólo pienso en cambiarme de ropa, llegar a mi casa y descansar. Una pena porque a mi alrededor, muchos y GRANDES amigos me reodean, nos esperaban y, merecían que les hubiera dedicado más atención. Os pido disculpas. Así que ya tengo asignatura pendiente para la próxima: Disfrutar esa meta. Olvidarme de todo lo pasado (bueno, malo o regular) y vivir ese momento con quienes me rodeen y conmigo mismo. Se lo debo. Me lo debo.
Fotos de Arantxa y Pedro Gracia
7 comentarios:
Bravo Prisi, me encanta como has desarrollado este post, tiene calor y sentimiento, lo he disfrutado como si hubiera ido con vosotros.
Aún sufro pensando cuando me quedé en Cercedilla (mucho después de vosotros), pero cada vez me doy más cuenta que realmente mereció la pena retirarme a tiempo.
Creo que has sufrido mucho con esa ampolla y te aplaudo por ese gran esfuerzo que realizaste y por no entorpecer excesivamente a los compañeros de equipo.
Me gustaría poder entrar a meta contigo alguna vez y/ó disfrutar de un trail juntos.
Perdona por no ir a felicitarte a meta, pero en Cercedilla me esperaba mi madre y mi mujer con la peque y no era muy factible ir a Segovia, espero que lo puedas entender.
Muchas felicidades Prisi, te lo mereces. Un abrazo campeón.
Prisi fenomenal forma de contarlo, lo peor es cuando tienes que irte despidiendo de los compañeros.
Lo de las ampollas es una tortura, esta vez cuando me la vi en Colmenar decidí hacer algo distinto y me puse el compeed sin pincharla y aunque me fue molestando todo el tiempo no era un sufrimiento fuerte.
Lo de las llegadas es curioso peo no se si es lo que dices que terminas tan machacado que no existe emoción, pero me parece que muchos tenemos esa asignatura pendiente
Espero que alguna vez podamos ir juntos, aunque sea un tramo.
Un fuerte abrazo
Poco que añadir a lo ya dicho varias veces, he descubierto en esta carrera un nuevo Prisillas, un Prisillas tranquilo, capaz de analizar las situaciones y sobreponerse a los problemas sin agobios. Creo que es esencial para estas pruebas, es además la manera de que empieces a poder disfrutarlas sin la preocupación constante por todo lo que te rodea. En cuanto a la meta, ya sabes que no es lo más importante, disfrutar y aprender del camino es lo que en mi caso me gusta... tal vez me gustase más la meta sin los vasovagales esos que me entran, jeje.
Un abrazo y enhorabuena.
Muy buena carrera, pena lo de las malditas ampollas, siempre hay algo verdad??? muy bien narrada la carrera, al final os quedasteis los tres mosqueteros, los abandonos siempre estan ahi hoy te toca a ti y hoy me toca a mi, felicitaciones si señor, lo mas importante disfrutar siemrpe de lo que estes haciendo un saludo¡¡¡¡
Como dice Mikel es una alegría ver que, por fin, relajaste y pudiste dar un paso más en el mundo de las Ultras. Para mí siempre es un motivo de alegría. Ahora a ver si en la próxima puedo disfrutar de este renovado Prisi.
Lo de llegar bien, es cuestión de suerte: las ampollas son muy malos acompañantes, y los dolores musculares, y los vómitos,... A ver si se cumplen tus deseos.
Gracias Gonchu. Celebro que te haya gustado la crónica. Creo que acertáste al quedarte en Cercedilla. Sobre las ampollas fueron en la planta de ambos pies, así que imaginaté.
Y, por supuesto no pasa nada por haber marchado con tu familia a casa. Es lo que yo también hubiera hecho.
Un saludo.
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Alfonso seguro que alguna vez coincidimos. Cada vez más km. Estoy seguro.
Es curioso lo de la meta. Llego y pienso: "Hala, ya está esta paliza terminada". Y me olvido de todo lo demás. Aún no he encontrado una meta ultra que me haga feliz. Pero queda camino...
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Mikel, es cierto que he asumido que estas cosas las debo tomar con calma. Tal vez por no verme "sobrado", desde la humildad de haberme visto abandonar anteriormente. Creo que es el camino. Ahora falta ver si seré capaz de evolucionar y adaptarme a estas pruebas o sólo sobrevivirlas.
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Esteban, lo mejor de estas carreras es desde luego la compañía, la amistad compartida. Es lo que hace que unos cuantos persistamos.
Gracias por tus felicitaciones. Un saludo.
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Fernan, compi. Como ya he comentado a ver si en la próxima continuo mejorando como ultrero y poco a poco compartimos más kilómetros de carrera a esos ritmos tuyos.
Saludos.
Sólo hace falta ver las fotos para darse cuenta de esta vez sí que has disfrutado de la carrera. Has sabido dejar de lado tu modo “Prisi” para adaptarte a tus compañeros de viaje y por una vez ser tú el que sigue a los demás, con calma. Cómo dices al final de la crónica sólo volviste al modo “Prisi” al cruzar la meta. Pero no sufras que por mi parte estas disculpado…gg. Es normal después de tantas horas, lo que realmente apetece y pide el cuerpo es ir a casa pillar la cama lo antes posible.
Lo dicho ENHORABUENA “MAESTRO” y a SEGUIR SUMANDO
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