Dados los tiempos que nos ha tocado vivir y los que amenazan como lobos el horizonte, donde las condiciones de vida serán mucho más difíciles para el grueso de las personas es imposible abstraerse de la cuestión económica y como no, divagar y especular al respecto.
Si el Trabajo es un bien escaso nos quedará dos opciones: pelear como fieras por cada puesto o compartirlo.
Así de simple. Así de difícil.
Desde una opción de solidaridad ¿por qué no ceder parte de nuestra jornada y salario a quien también lo necesita?.
Pongamos una empresa que dos trabajadores mileuristas con sus 40 horas semanales. Imaginemos esa misma empresa con tres personas que reparten esas 80 horas y esos 2000 euros entre tres. Trasladémolos proporcionalmente al mercado laboral. Un buen puñado de empleos.
¿No será preferible compartir tú dinero de una forma proactiva que no únicamente en forma de impuestos?.
El nivel de ocupación aumenta, favorece la productividad, disminuye la carga económica social que suponen subsidios y prestaciones por desempleo al dichoso Estado... se multiplica el número filiaciones a la Seguridad Social.
Eso sí, también aumenta el número de horas libres. Fomenta la participación en las cargas familiares, crece el número de horas que se pasan con hijos y mayores. Es posible que fomentara la formación. ¿Disminuiría el estres? ¿el número de bajas?.
Claro que, habríamos de aprender a renunciar a un buen número de lujos que hoy nos permitimos. Afinar para llegar a fin de mes. Menos móviles, coches menos potentes... Pero, seamos sinceros, nos rodea demasiada banalidad.
Por contra, con esos niveles de salarios la oferta tendría a su vez que ajustar su precios y seguro que en todos los ámbitos y sectores con el tiempo aparacerían empresas ofreciendo productos y servicios a precios ponderados y asequibles. Adecuados para el nuevo "nicho" de mercado.
Toda una quimera, simple y seguro absurda.
Pero tal y como estamos actualmente al ser humano no le queda más que rebelarse o sucumbir.
Este mundo se vuelve insostenible por una economía insostenible.
O somos capaces de compartir, de regresar a nuestros orígenes de clan, de tribu y protegernos unos a otros, o nos despedazará la indiferencia.
Entonces nos obligarán a ser 3 donde había 2, por el mismo precio y las mismas horas. Para el beneficio de unos pocos.
1 comentario:
Muy buena reflexión, amigo Prisi. Digo yo que lo difícil del asunto es lo de siempre, la diferencia que existe entre el trabajo que son capaz de desempeñar unos y otros sobre un mismo puesto y responsabilidades, puesto que debido a éstas diferencias que todos hemos sufrido o sufriremos a lo largo de nuestras vidas laborales hacen que poco a poco miremos nuestro ombligo y seamos "egoístas" e "injustos". Buena reflexión en todo caso, aunque siento que en el mundo que vivimos, donde el sentido de supervivencia prima, como dicho instinto no nos guíe en este sentido seguiremos haciendo que sea impracticable. Una verdadera pena que no sólo produce tristeza, sino injusticia.
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