http://www.la-almenara.com/content/view/2483/214/
Automáticamente mis neuronas, después de tantos años de entrenamientos y carreras se cargaron de ilusión y, aunque de una forma serena comencé a barruntar la posibilidad de tomar parte en ella.
Como siempre el destino no me lo pondría fácil y una vez más aparecería un obstáculo. La competición mensual de natación de mi hijo está programada para ese mismo día.
De nuevo se sumaría a la dificultad del terreno, a la de una posible meteorología adversa, a los km... la etiqueta de egoista y egocéntrico, las caras largas, la ausencia penalizada.
Algo ya manido y tan vivido que arrastra sobredosis de desánimo.
En cualquie caso, la posibilidad del reto de los 50 km me abría la oportunidad reencontrarme conmigo mismo después de la decepción de la Goierri. A pequeña escala, desde luego, pero siempre hay que dar un primer paso y no importa que sea pequeño.
Pero esos 50 km con su logística y horarios me llevarían a ausentarme de la cita de mi pequeño nadador.
Queda la opción de los 28 km, menos logística, menos horas... prueba menor, menor atracción, poco entusiasmo. Paso aún menor, pero es algo.
Y, claro está, queda dejar pasar la posibilidad. Km 0. Seguir con mis rodajes otoñales por las laderas del cerro y por la Dehesa de Villalba esperando cada día las sensaciones que quieran transmitirme las zapatillas.
No me queda otra. Seguiré desojando la margarita a la espera de que mis dedos encuentren el pétalo que me decida.
Automáticamente mis neuronas, después de tantos años de entrenamientos y carreras se cargaron de ilusión y, aunque de una forma serena comencé a barruntar la posibilidad de tomar parte en ella.
Como siempre el destino no me lo pondría fácil y una vez más aparecería un obstáculo. La competición mensual de natación de mi hijo está programada para ese mismo día.
De nuevo se sumaría a la dificultad del terreno, a la de una posible meteorología adversa, a los km... la etiqueta de egoista y egocéntrico, las caras largas, la ausencia penalizada.
Algo ya manido y tan vivido que arrastra sobredosis de desánimo.
En cualquie caso, la posibilidad del reto de los 50 km me abría la oportunidad reencontrarme conmigo mismo después de la decepción de la Goierri. A pequeña escala, desde luego, pero siempre hay que dar un primer paso y no importa que sea pequeño.
Pero esos 50 km con su logística y horarios me llevarían a ausentarme de la cita de mi pequeño nadador.
Queda la opción de los 28 km, menos logística, menos horas... prueba menor, menor atracción, poco entusiasmo. Paso aún menor, pero es algo.
Y, claro está, queda dejar pasar la posibilidad. Km 0. Seguir con mis rodajes otoñales por las laderas del cerro y por la Dehesa de Villalba esperando cada día las sensaciones que quieran transmitirme las zapatillas.
No me queda otra. Seguiré desojando la margarita a la espera de que mis dedos encuentren el pétalo que me decida.
4 comentarios:
En mi modesta opinión creo que deberías hacer trampas con la margarita. Tal vez hablar con tu familia y contarles lo que te ronda por la cabeza, seguro que lo entienden. Después comerte esos 50 km. Volverán la alegría y la motivación...
¿Es una cita muy importante la del pequeño?
Yo haría lo mismo que te propone Mikel.
Suerte con la decisión.
Querido amigo deshojador de margaritas, no se a ti, pero a mi un buen abrazo la próxima vez que nos veamos me sentaría muy bien. Así conectaríamos una vez más y no harían falta palabras para transmitirte mi pensar. Dale media vuelta más al asunto (si no se terminará mareando) y si decides correr los 50 ahí me tendrás a tu lado (y seguro que no a mí solo). Si decides los 28 también y si decides no correrla por su puesto que no me moveré de ahí, pero me apenará mucho excepto si es por la coincidencia con la competición mensual de tu pequeño. Busca en la entrada incontestada del blog, creo que he encontrado las palabras.
Gracias amigos por vuestros comentarios y ánimos.
Si la fecha hubiera sido otra, creo que pelearía esos 50 como tantas otras veces.
Pero en este caso, no quiero forzar la situación. Prefiero guardar ese cartucho para algún otro evento futuro que me apasione 100%.
Seguiré dándole alguna vuelta, o dejando que se me escape la ocasión sin darme cuenta.
Saludos.
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