La última vez que competí en una prueba de 10 km fue el 13/01/2008. En aquella ocasión fue la Carrera del Club Deportivo Páris en el Parque Lineal del Manzanares. La marca 39:13 en una prueba que midió poco más de esos 10000 metros.
Esta es la distancia fondista por antonomasia. La de los que se inician en el mundo del running y la de los que buscan cada año medir su punta de velocidad. Conjugan resistencia y ritmo elevado si uno trata de buscar sus propios límites. En resumen, agonística.
Implica salir desde el primer momento concentrado en alcanzar una velocidad adecuada que no nos lastre con unos segundos de más y, lo sufientemente controlada como para evitar desfondamientos finales. Si encima llegamos a los dos últimos km con capacidad de pegar un par de "cambios" de ritmo, lo soñado.
Luego hay que llevarlo al asfalto, aderezarlo con las manidas circunstancias: viento, frio, calor, lluvia, cuestas, giros, malas noches de sueño, molestias de última hora, flato, nervios.... ¡Bienvenidos al mundo del maniacorunner!.
Ayer tome parte en la I Carrera Madrid corre por Madrid. Fue el reencuentro con todo
lo anteriormente descrito y un par de años más de edad. Mi desafío era intentar bajar de los 40 minutos.
El resultado aqui. Puesto 249, tiempo 39:08, la distancia por un error del motorista que habría cabeza 9.700 mts.
Esos metros de menos fueron determinantes en el crono de todos los que llegamos a meta. Esos 300 mts en mi caso implicarían un minuto más.
En cualquier caso disfruté de un buen ritmo de salida, sintiendome poderoso para seguir la estela de mis compañeros, ligero en la zancada. Me mantuve un buen puñado de km en ritmo por debajo de los 4' km aunque los dos tramos de pendiente más exigente me supusieran un severo freno a mis aspiraciones. Se me fueron 55'' de rémora en esos dos km.
En esta situación pensaba si los artilugios que hoy día llevamos en la muñeca para una carrera suponen verdadera ayuda o se convierten en yugo.
Hace 15 años uno tomaba la salida, iba mirando el tiempo que marcaba su crono, hacía sus cábalas y cuando llegaba a meta recogía su satisfación o desánimo sin revisión de parciales, sin verificación de distancias reales. Las carreras de 10 kms tenían 9.800, 10.100 y nuestra alegría no pendía de una cadena de satélites. Total ¿que falta nos hacía?.
Además uno lo peleaba hasta el final, por sensaciones y, con la duda hasta la recta de meta de conocer el tiempo final cuando el reloj Junghans junto a la pancarta nos retaba en un sprint sin aparente final.
Hoy día nuestro fore nos indica el ritmo, la velocidad, las pulsaciones... todo va bien cuando está dentro de lo programado, pero cuando los datos no nos acompañan es fácil rendirse a la tecnología, entregar la cuchara. Cuesta revelarse a los números y los datos. Creer, soñar, mantener el espíritu romántico de darlo todo aún en la anunciada derrota. Esa que tantas veces nos otorga la victoria de una hazaña no programada.
Esta es la distancia fondista por antonomasia. La de los que se inician en el mundo del running y la de los que buscan cada año medir su punta de velocidad. Conjugan resistencia y ritmo elevado si uno trata de buscar sus propios límites. En resumen, agonística.
Implica salir desde el primer momento concentrado en alcanzar una velocidad adecuada que no nos lastre con unos segundos de más y, lo sufientemente controlada como para evitar desfondamientos finales. Si encima llegamos a los dos últimos km con capacidad de pegar un par de "cambios" de ritmo, lo soñado.
Luego hay que llevarlo al asfalto, aderezarlo con las manidas circunstancias: viento, frio, calor, lluvia, cuestas, giros, malas noches de sueño, molestias de última hora, flato, nervios.... ¡Bienvenidos al mundo del maniacorunner!.
Ayer tome parte en la I Carrera Madrid corre por Madrid. Fue el reencuentro con todo
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El resultado aqui. Puesto 249, tiempo 39:08, la distancia por un error del motorista que habría cabeza 9.700 mts.
Esos metros de menos fueron determinantes en el crono de todos los que llegamos a meta. Esos 300 mts en mi caso implicarían un minuto más.
En cualquier caso disfruté de un buen ritmo de salida, sintiendome poderoso para seguir la estela de mis compañeros, ligero en la zancada. Me mantuve un buen puñado de km en ritmo por debajo de los 4' km aunque los dos tramos de pendiente más exigente me supusieran un severo freno a mis aspiraciones. Se me fueron 55'' de rémora en esos dos km.
En esta situación pensaba si los artilugios que hoy día llevamos en la muñeca para una carrera suponen verdadera ayuda o se convierten en yugo.
Hace 15 años uno tomaba la salida, iba mirando el tiempo que marcaba su crono, hacía sus cábalas y cuando llegaba a meta recogía su satisfación o desánimo sin revisión de parciales, sin verificación de distancias reales. Las carreras de 10 kms tenían 9.800, 10.100 y nuestra alegría no pendía de una cadena de satélites. Total ¿que falta nos hacía?.
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Hoy día nuestro fore nos indica el ritmo, la velocidad, las pulsaciones... todo va bien cuando está dentro de lo programado, pero cuando los datos no nos acompañan es fácil rendirse a la tecnología, entregar la cuchara. Cuesta revelarse a los números y los datos. Creer, soñar, mantener el espíritu romántico de darlo todo aún en la anunciada derrota. Esa que tantas veces nos otorga la victoria de una hazaña no programada.