Incluso altamente recomendable en algún momento para aquellos que sólo entienden el deporte desde el punto de vista competitivo. Con todos los respetos.
Yo ayer en la VIII Media maratón de la Sierra de Segovia tuve esa oportunidad de participar ayudando y disfruté.
Una forma de ser útil, de colaborar y, a un mismo tiempo no quedar exento de atravesar las mismas dificultades que la de los propios participantes.
Iguales ante la lluvia, el frio, sol, barro, nieve, duras subidas y bajadas vertiginosas.
Todo ello, claro está a una velocidad menor de la habitual lo que hace que uno perciba mejor los detalles y el esfuerzo ajeno.
La posibilidad de alentar a los primeros en los cruces, de fotografiar paisajes y participantes, pero especialmente acompañar a esos que cierran el pelotón anónimamente y tantas veces en soledad. Con la admirable fuerza de no entregarse y resistir. Cuando llegar a un avituallamiento es el final de una larga jornada de trabajo para los que allí estan y los minutos se hacen eternos.
Gente que se encuentra en medio de piornos y neveros en su primera experiencia en este tipo de carreras, que cuando cruzan el arco de llegada se convierten en sus propios heroes, agotados, pero heroes. Porque rendirse sería lo fácil. No hay gloria, apenas aplausos pero una enorme satisfación interior.
Una forma de cura de humildad para esos momentos en que ese corredor que nos precede nos frena y malhumorados ansiamos encontrar un claro en el sendero para pasarle.
Sí, cierto que se trata de una carrera contra el crono, contra nosotros, contra los demás; pero, no menos cierto que igual que el bosque se configura de árboles, pájaros, insectos, rios y vientos en perfecta y necesaria simbiosis, la carrera sin nuestro rival, sin el voluntario, sin el organizador no existiría.
Siempre necesitamos de los demás. Sólos somos menos.
Yo ayer en la VIII Media maratón de la Sierra de Segovia tuve esa oportunidad de participar ayudando y disfruté.
Una forma de ser útil, de colaborar y, a un mismo tiempo no quedar exento de atravesar las mismas dificultades que la de los propios participantes.
Iguales ante la lluvia, el frio, sol, barro, nieve, duras subidas y bajadas vertiginosas.
Todo ello, claro está a una velocidad menor de la habitual lo que hace que uno perciba mejor los detalles y el esfuerzo ajeno.
La posibilidad de alentar a los primeros en los cruces, de fotografiar paisajes y participantes, pero especialmente acompañar a esos que cierran el pelotón anónimamente y tantas veces en soledad. Con la admirable fuerza de no entregarse y resistir. Cuando llegar a un avituallamiento es el final de una larga jornada de trabajo para los que allí estan y los minutos se hacen eternos.
Gente que se encuentra en medio de piornos y neveros en su primera experiencia en este tipo de carreras, que cuando cruzan el arco de llegada se convierten en sus propios heroes, agotados, pero heroes. Porque rendirse sería lo fácil. No hay gloria, apenas aplausos pero una enorme satisfación interior.
Una forma de cura de humildad para esos momentos en que ese corredor que nos precede nos frena y malhumorados ansiamos encontrar un claro en el sendero para pasarle.
Sí, cierto que se trata de una carrera contra el crono, contra nosotros, contra los demás; pero, no menos cierto que igual que el bosque se configura de árboles, pájaros, insectos, rios y vientos en perfecta y necesaria simbiosis, la carrera sin nuestro rival, sin el voluntario, sin el organizador no existiría.
Siempre necesitamos de los demás. Sólos somos menos.
3 comentarios:
Suscribo por completo tu comentario sobre la carrera. El hecho de participar ayudando en la misma te da otra visión de la competición, sobre todo, si vas cerrándola con los más 'modestos', en algunas ocasiones los más sufridos.
Hay que respetar las ilusiones de todos y cada uno de los que corremos porque en sus distintos niveles son los que hacen o hacemos grande este deporte.
Totalmente de acuerdo con todo lo que dices. ¡Qué bien nos lo pasamos verdad! Sin duda lo primero que tenemos que tener presente para correr es pasarlo bien y tener ilusión por cumplir nuestras metas.
Es increíble. Un dia me tengo que animar a hacer una de estas. Me producen una mezcla de deseo y de terror. El caso es que esa mezcla es lo suficientemente atractiva. Ya se sabe.
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