Una vez más una mirada positiva, pausada, tranquila. No es agradable sufrir una lesión, ver mermadas tus facultades físicas. Pero siempre hay un enfoque para todo aquello que nos sucede. Este periodo de tiempo pasado me ha otorgado la posibilidad de disfrutar de unos nuevos amigos con los que compartir marchas ciclistas (les debo pronto una), de sufrir en bajadas y gozar del ritmo en las subidas. Contradictorio, pero uno que es cagueta.
El llevar un par de velocidades más lentas en mis trotes me otorgan más capacidad de fijarme en lo que me rodea. No importarme tanto romper el ritmo una, dos, siete veces para fotografiar cualquier cosa. Algo que en otros momentos y con un permanente buen estado de forma no te planteas con la misma asiduidad.
Y he podido comprobar lo privilegiado que soy con el entorno que me rodea.
Esto es lo que pude ver el sábado desde mi terraza, al alcance de mi propia mano:
Esto unos 300 metros después cuando iba caminando ha comprar el pan:Y hoy por ejemplo, en mis queridas canteras. Uno de mis recorridos favoritos en cualquier época del año. a 20' de carrera:
Todo esto en 50' de ¿ejercicio? sobre una superficie acolchada por la nieve derretida y la que resite en las zonas sombrias.
Pequeños charcos de deshielo, barro, musgo, un tenue Sol... sinceramente, creo que merece la pena ir un poco más despacio para disfrutarlo.
1 comentario:
A veces vivimos la vida demasiado rápidos... llevas razñon.
Slds
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