Con el paso de los años he comprobado que este es un tema un tanto delicado en los círculos de corredores populares.
Para unos es la barrera en la cual el atletismo deja su lado romántico, anárquico, saludable y espontaneo para adentrarse en el terreno del pseudoprofesionalismo, la búsqueda de la marca, el afinamiento de las propias posibilidades, la fatiga y, en algunos casos la lesión.
En mi modesta opinión son lícitas ambas formas de vivir este deporte. Es más, probablemente en una convivencia de ambas se dé el mejor de los resultados. El alcanzar unas logros personales que nutran nuestras ganas de continuar en la brecha y, la mesura de no olvidar nuestros humildes orígenes de ex-sedentarios en la gran mayoría de los casos.
En resumidas cuentas, disfrutar en todo momento de lo que hacemos.
Pero, asumido este preámulo he de admitir que no hay posibilidad de mejora sustancial si no es con las dichosa series serias.
Nuestro cuerpo necesita la base del rodaje a ritmo para afrontar esos entrenamientos que aumentan en km y ritmo con el paso del tiempo, pero que inexorablemente alcanzan un estancamiento. Esa base de kms y ritmo es fundamental y lleva unos años alcanzar ese punto en que conocemos perfectamente la respuesta de nuestro cuerpo ante el esfuerzo.
Por otro lado la rutina es también en deporte uno de sus principales enemigos. Provocando en unos casos abandonos por hastío y en otros lesiones por el estrés que provoca un sobreesfuerzo llevado a cabo sin el necesario método. Siempre esperamos más de lo que podemos alcanzar. Hemos de ser capaces de asimilarlo. No es fácil.
Las series, repeticiones, cuestas, fartlek... pueden ser ese instrumento que aderece nuestros entrenos y nos evite caer en la rutina. Si además nos lleva a mejorar nuestra condición ¿porqué negarlos?.
Para afrontarlos siempre partiremos de buen estado de forma. Esta parte del entrenamiento tiene como cometido afinar. Son como los últimos retoques de una pintura. No se puede empezar la casa por el tejado.
Con la madurez deportiva será frecuente que formen parte de muchos de los ciclos de nuestros entrenamientos. Siempre concediendo los necesarios periodos de descanso y recuperación tras la culminación de alguno de nuestros objetivos.
Tener un objetivo siempe es importante. Básico en algunos casos.
Pero amigos, ese creo que es ya otro tema.
Para unos es la barrera en la cual el atletismo deja su lado romántico, anárquico, saludable y espontaneo para adentrarse en el terreno del pseudoprofesionalismo, la búsqueda de la marca, el afinamiento de las propias posibilidades, la fatiga y, en algunos casos la lesión.
En mi modesta opinión son lícitas ambas formas de vivir este deporte. Es más, probablemente en una convivencia de ambas se dé el mejor de los resultados. El alcanzar unas logros personales que nutran nuestras ganas de continuar en la brecha y, la mesura de no olvidar nuestros humildes orígenes de ex-sedentarios en la gran mayoría de los casos.
En resumidas cuentas, disfrutar en todo momento de lo que hacemos.
Pero, asumido este preámulo he de admitir que no hay posibilidad de mejora sustancial si no es con las dichosa series serias.
Nuestro cuerpo necesita la base del rodaje a ritmo para afrontar esos entrenamientos que aumentan en km y ritmo con el paso del tiempo, pero que inexorablemente alcanzan un estancamiento. Esa base de kms y ritmo es fundamental y lleva unos años alcanzar ese punto en que conocemos perfectamente la respuesta de nuestro cuerpo ante el esfuerzo.
Por otro lado la rutina es también en deporte uno de sus principales enemigos. Provocando en unos casos abandonos por hastío y en otros lesiones por el estrés que provoca un sobreesfuerzo llevado a cabo sin el necesario método. Siempre esperamos más de lo que podemos alcanzar. Hemos de ser capaces de asimilarlo. No es fácil.
Las series, repeticiones, cuestas, fartlek... pueden ser ese instrumento que aderece nuestros entrenos y nos evite caer en la rutina. Si además nos lleva a mejorar nuestra condición ¿porqué negarlos?.
Para afrontarlos siempre partiremos de buen estado de forma. Esta parte del entrenamiento tiene como cometido afinar. Son como los últimos retoques de una pintura. No se puede empezar la casa por el tejado.
Con la madurez deportiva será frecuente que formen parte de muchos de los ciclos de nuestros entrenamientos. Siempre concediendo los necesarios periodos de descanso y recuperación tras la culminación de alguno de nuestros objetivos.
Tener un objetivo siempe es importante. Básico en algunos casos.
Pero amigos, ese creo que es ya otro tema.
2 comentarios:
Así lo creo. Y es que los que deciden mejorar haciendo solamente rodajes progresivos, fartlek y similares, creo que simplemente alcanzan un rodaje aeróbico a buen ritmo, pero nada que ver con una mejora sustancial.
Si lo que pretendes es rendir al máximo es imprescindible hacer series, siempre con el debido cuidado y control, pero si lo que quieres es pasarlo bien sin exigirte más que madrugar para disfrutar con la pandilla de un rodaje o una carrera sin pretensiones, las series sobran.
Que cada uno elija.
La experiencia certifica al 100% lo que dices. Una vez se coge la forma básica, un día de series a la semana da un grado más en nuestra forma física y en nuestro rendimiento.
Slds
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