domingo, 30 de mayo de 2010

Luna en Abantos y 6 km de clavo.

Preciosa salida la del viernes noche con una Luna resplandeciente que nos evitó tener que utilizar frontal buena parte del trayecto.
El recorrido sencillo pero muy agradable a la par que exigente, sobre todo por la longitud de la subida, sin demasiado desnivel pero que alcanzó las 2 horas para 18 km.
Elegimos dejar el coche en San Lorenzo del Escorial en la zona del Zaburdón, dado que el entreno sería totalmente de noche rehusamos ir campo través, por prudencia (con un lesionado basta) y por sacarle una buena media que no nos dejara o con pocos km o con demasiadas horas de regreso a casa. Optamos por la practicidad.
Comenzando en el casco urbano tendríamos 2 km de calentamiento hasta llegar al Arboreto Luis Ceballos, donde se iniciaría el ascenso. Por la hora, las 22:00 prácticamente cuando comenzamos, las posibilidades de encontrarnos tráfico de vehículos en la ascensión era practicamente nula, de hecho los únicos austados fueron los 3 o cuatro coches que se cruzaron con nuestras tres almas en pena y, los propietarios de los vehículos estratégicamente apartados a los que pudieran sorprender nuestras voces o luces en un momento dado.
La zona del Malagón hacia Abantos y carretera de Peguerinos una delicia, con una temperatura ideal y la Luna mostrándonos el embalsel del Tobar y todos sus alrededores.Me hubiera gustado llegar hasta una zona de Albergue o Refugio que hay bajo unas peñas en la zona del Pico San Juan creo, pero nos quedamos a un km aproximadamente.
En cualquier caso resultó una salida interesante de 34 km en 3:43' netas y con 2000 mts de desnivel +- acumulado. Además terminé bastante entero y con disponibilidad de haber seguido algún kilómetro más.
Sigo con buena mentalidad, nada confiado, con mucho respeto a la distancia y ante un verdadero desafío para mi. De momento necesito encontrar "esa" motivación interior que recomiendan para este tipo de pruebas y que tiene que sacarnos de los momentos difíciles, esa foto que nos acompañe, ese recuerdo, esa dedicatoria...
He de confesar que para estas alturas contaba con haber superado la barrera de los 40 km en alguno de los 2 entrenamientos especificos programados. No es que me preocupe, pero soy consciente que vamos recortando a la baja siempre. Aunque nuestra curva de "crecimiento" sea adecuada, estamos por debajo del "percentil" programado.
Además para mi sorpresa, me encuentro en la web de la organización de la G2Handiak que han ajustado la distancia de la prueba. De los 82 iniciales ahora pasan a 88 km: Ficha Técnica
Por experiencias anteriores (Trail de Ávila) ya sabía que siempre "caen" algunos km de más sobre lo programado. Así nos encontramos con estos 6 "de clavo" que supondrán fácil 1 hora más sobre el tiempo estimado de inicio.Para finalizar una anécdota. Esta tarde he salido a rodar un ratito, por terreno llano, casi calidad ahora (-5' km) y, así soltar y estirar un rato, cosa que el viernes por la noche no hice. Cuando he regresado mis hijos me han preguntado de donde venía. "De correr he contestado". Y ellos me han respondido: "pero si has tardado muy poco"...
Necesariamente me he tenido que sonreir, había estado fuera 49' y para ellos es como si hubiera ido a tirar la basura. Obviemente con esto de la ultradistancia les estoy acostumbrando a más prolongadas ausencias, ahora 10 km deben parecer una minucia.

jueves, 27 de mayo de 2010

Cuando más deprisa es más despacio.

Cuantas veces no me diría ayer a mi mismo esta frase. En los momentos buenos cuando iba pletórico de fuerza y quería ser prudente y cuando el cansancio hacía mella y el ansia de terminar lo antes posible me tentaba. "Cuanto más deprisa ahora, más lento al final" me decía. Esa es, por lo que he leido la norma básica de una prueba ultra "empezar como un viejo para terminar como un joven".
Fue un entreno repleto de claroscuros.
Tras dos días de descanso necesario e impuesto por el sentido común las sensaciones de inicio fueron buenas, mucha más frescura en las piernas y capacidad de sobra para abordar la subida al Telégrafo (preciosos campos de flores amarillas y hierba en su cima) de forma continuada sin pausa alguna y sujetándome. La compañía de mi amigo Luis me vino fenomenal como ancla para controlar la euforia.
Tras 75' sabía que me quedaría solo con otros 45-60 minutos por delante que siempre son los más duros y ese paso de compañía a soledad se nota. Así que quería reservar.
En el momento de despedirnos me encuentro perfectamente, llevo unos 14 km y mi idea es alargar unos 10 más. Decido coger el camino que llega hasta la glorieta de Collado Mediano por el polvorín y decidir allí el camino de regreso.Comienza a anochecer, son las 9:35, llevo 18 km y el cerro se cubre de sombras. Como me encuentro perfectamente me planteo seguir hasta Collado Mediano y regresar a casa por la cañada más directa que encuentre. Calculo que me iré a las 2 horas 20' aproximadamente.
Las subidas van demostrando el cansancio pero en el terreno llano me mantengo perfectamente, así a buen ritmo, controlado, sigo pensando en ese "cuanto más deprisa (ahora), más despacio (luego)". Como no quiero equivocarme y desviarme hacia Guadarrama que sería demasiado estoy pendiente de coger las variantes a izquierdas en los caminos para salir lo más cerca posible del pueblo.
Pero, me equivoco y sin darme cuenta acabo en una camino sin salida que finaliza en unas fincas abandonadas. Esto mismo nos pasó hará un año y recuerdo que saltamos una de ellas y conseguimos salir. Pero la memoria falla, ya no hay apenas luz y decido probar por la finca de mi izquierda pensando en salir al camino correcto que suponía paralelo.
Me sumerjo en un mar de vegetación rabiosa, prieta, grupos de flores moradas, amarillas, blancas, tallos finos y gruesos que a la altura casi de la cintura me impiden avanzar. No distingo donde piso, escucho sonidos de pequeños animales e insectos a mi alrededor. Durante esos instantes me angustio, se me hace eterno llegar al otro extremo de la finca a pasos en los que voy elevando la pierna en cada zancada para abrirme camino en la vegetación, me asalta el temor de que aparezca algún perro guardián de la finca o alrededores... llego al límite de la misma y me encuentro una alambrada de espino que ya sin apenas luz no me atrevo a saltar, no me queda otra opción que volver a atrevesar de regreso el mismo mar vegetal al punto de origen. Nuevamente interminable, cada vez más costoso, cada vez más de noche.... Salgo al camino y doy marcha atrás. Las piernas arañadas por los tallos, el alambre y la piedra de la valla.
De nuevo echo a trotar, despacio voy cogiendo ritmo, llego al cruce original y sigo. Miro al frente y me doy cuenta que me he desorientado, en esa dirección aunque yo piense otra cosa voy de nuevo en dirección a Collado Mediano, el Cerro del Castillo que lo preside y que tengo frente a mi no me puede engañar así que vuelvo sobre mis pasos de nuevo al cruce. No me queda más opción que girar a derechas en sentido opuesto a mi idea original. Me preocupa terminar en Guadarrama, pero quiero ya salir de allí. Enciendo el frontal, ya me hace falta, llamo a casa para que no esten demasiado preocupados. De nuevo llego a un camino que gira a izquierdas. Tengo que arriesgasme. Los pasos son más torpes por las paradas, el cansancio y la oscuridad. Poco a poco voy recibiendo señales del camino que me son familiares y por lo menos soy consciente de que por allí ya he pasado otras veces. Finalmente se me hace totalmente reconocible y alcanzo las primeras edificaciones que me confirman que era el camino adecuado, el que desde el comienzo debía haber encontrado.
Salgo a la carretera y ya busco la linea más recta hasta casa. Pensando en llegar lo antes posible, tranquilizar a los mios y descansar.
Comienzo a necesitar caminar en algunos tramos, lo que me desanima cuando pienso en los 82 km de julio, pero afortunadamente veo que esos 100, 200 mts caminando si vuelvo a trotar no son demasiada rémora en el reloj apenas poco más de 6' km y merece la pena.
Alcanzo las farolas que alumbran la entrada de mi urbanización, llego al portal y cansado subo las escaleras hasta mi hogar. Son las 23:03 de la noche. Me fui a las 19:50. 31 km para 2h45' netos.Ahora parece que todo el esfuerzo me vence de golpe, no encuentro el ánimo para estirar, me dirigo a la ducha y comienzo a sentir flojera. El agua fresca me alivia un poco pero me encuentro un poco mareado, no he comido nada desde mediodía y puede ser la causa, también tengo bastante sed, el medio litro de isotónico se quedó corto en los últimos 20'.
Me cuesta un poco respirar y estoy pelín alto de pulsaciones. Como siempre en estas situaciones el estómago se me cierra y apenas admite una manzana con desgana y agua. Esto me preocupa mucho para la carrera.
Para colmo me descubro, mientras doy cuenta de la manzana un punto negro en la pierna que pienso que es cualquier cosa y que después una vez en el suelo veo que se mueve. Una garrapata probablemente del tiempo que estuve entre la vegetación. Me repaso todas las piernas para asegurarme que no tengo ninguna más, el vello se me eriza ante la idea.
Me digo: "como piensas aguantar 15 horas de esfuerzo si tu cuerpo cede siempre". "Que harás cuando este estómago se cierre, cuando te cueste respirar, cuando las pulsaciones se disparen... cuando solo queda parar, no vas a ser capaz".
Me meto en la cama, para mi sorpresa durante 5 minutos me sacuden escalofrios, tengo frio y me apetece abrigarme, no encuentro la explicación. Supongo que la fatiga, el calor acumulado en el cuerpo en contraste con la temperatura de la cama, los arañazos de las piernas...
Mi ánimo se viene un poco abajo. Esta aventura ultra puede que me quede grande y desconfio de mis posibilidades. Las conclusiones no fueron positivas. Pero sé que tengo tiempo, que en mi está intentarlo, y que cuanto más deprisa más despacio.
Mañana será otro día. Otro entrenamiento. Una nueva aventura.

domingo, 23 de mayo de 2010

El entrenamiento más duro.

Ayer tuve un día agotador. 12 Horas fuera de casa de las gradas de una piscina (M86) a otras en Rivas Vaciamadrid por la tarde. 6-7 horas de calor y humedad pegajosos que ahora con la subida de las temperaturas hace que las piscinas cubiertas sean una sauna.
El entrenamiento del viernes fue exigente 2 horas y media con el primer ascenso a los 2000 mts. y una subida continuada de 60 minutos (+800 mts.). Además el calor, este maldito calor que lima capacidades y limita esfuerzos.
Así que hoy entrenar resultaba un fabuloso desafío anímico.
Son las 7:30 hora de levantarse, me quedaría en la cama tan agusto. "Si pudiera salir por la tarde... pero hoy toca disfrutar de las fiestas con la familia. Además he quedado con el grupo. Eso me ayudará".
Las 7:55 de la mañana bajo las escaleras de casa, afortunademente aún queda algo de frescor de la madrugada pero el Sol comienza a ganar terreno. Comienzo caminando mientras el fore carga su posición, me tienta la idea de llegar andando al punto de encuentro, finalmente me animo a trotar, despacito, tranquilo.
Llego a las 8:08 al aparcamiento frente al tanatorio, en breve llegarán mis compañeros. Aunque no hayamos concretado nada. Es la hora, oteo el horizonte de la dehesa por sus dos variantes, cada uno de mis compañeros debería aparecer por uno de ellos. "Mira que si justamente hoy no se presenta nadie...".
Son las 8:15, no hay compañero hoy. Casi me vuelvo a casa por donde he venido, duchita y desayuno tranquilo. Pero ya que he madrugado y tengo un par de horas por delante ¿porqué no aprovechar para dar un agradable paseo al menos?.
Me pongo en marcha, hacia el cerro, trotando pero dispuesto a caminar en cuanto me lo pida el cuerpo. Al menos sacaré 12 km si sólo ando y será mejor que nada. Llegan las primeras piedras y las paso al trote, mejor de lo que pensaba. Sin darme cuenta llego al cortafuegos. Miro hacia el. Hoy no me llama, el miércoles ya tuve ración, mejor sigo hacia el depósito.
Comienzo el primer tramo de ascenso puro, en algún trecho camino y se me va algo de tiempo pero para lo que estoy 6'30'' el km no me parece mala cosa. Llego al depósito, trago de agua y decido seguir hacia arriba. Subir al Cerro, así puedo medir exactamente el tramo que no pude este miércoles al quedarme sin fore (la mente nos da las motivaciones más insospechadas). Desecho la idea de subir por la pista que implica correr más, prefiero el tramo más duro de cortafuegos (los tubitos como yo los llamo), me dará la escusa para caminar, me apetece más hoy.
Lo supero bien, se nota la ascensión del viernes y cuando el terreno llanea arranco a trotar, llego al vértice geodésico 53', 8,7 km.
Toca el regreso. Comienzo la bajada, relajado, disfrutando de unas maravillosas campas verdes y amarillas, como nunca había visto en esta zona. Se nota las lluvias de este año.
Me encuentro ágil, mis piernas responden bien ante las irregularidades del terreno, surcos y piedras. Me supone un estímulo para plantearme si alargar el circuito pero prefiero ser cauto, pienso en el inicio y en lo que me espera de día.
Alcanzo esos últimos 3,5 km, los de regreso, los pestosos y habituales. Los que más se agarran por ser además los últimos. No voy sobrado. Pero llego a casa. A la merecida ducha. 38' desde el vértice, 8,5 km.
Todos hemos tenidos días como este.
Os he dejado unas fotitos del ascenso a Peñaaguila de mi amigo Mikel y mio.

domingo, 9 de mayo de 2010

Primer ensayo ultra.

Hoy ha sido el primer ensayo puro de cara a la carrera ultra de julio.
Por la mentalidad en el ritmo, por realizar el entreno por primera vez con la mochila prevista, por duración del mismo 2h48'...
Primero me voy a quedar con lo positivo. La mochila no me ha supuesto ningún problema para esta duración, evidentemente queda realizar algún ensayo en el que doblemos el tiempo de uso.
Luego vienen los aspectos a mejorar, estos son los que más me interesan desde luego.
El ritmo. Paradojicamente el ritmo lento no es tan fácil que llevar. Imagino que requiere tener unas mayores reservas de grasas de las que tirar. Me costó menos hacer 29 km hace un mes en 2h24', es decir 24' más rápido. A pesar de hoy hubiera más cuestas.
Alimentación. Debo acostumbrarme a comer bien y con frecuencia, cuando mi estómago empieza a rugir de hambre puede ser ya tarde. Es como lo de la sed y la deshidratación. Hoy desayuné y tomé una barrita a la hora, además de isostar frecuentemente. Para la próxima vez probaré con algo más consistente, a base de membrillo, plátano, pan de molde.... algo que me deje más "lleno".
Isotónicos. Hay que seguir probando cosas que muscularmente ayuden y no te dejen el estómago tocado. El Isostar ha ido bien. En la próxima probaré otra cosa.
En cualquier caso queda tiempo y ocasiones para ir probando cosas y sacando conclusiones.


domingo, 2 de mayo de 2010

Mapoma 2010. Conclusiones y vuelta al monte.

Pasada una semana ya desde mi reencuentro con el mapoma han sido varias las conclusiones sacadas. Ninguna transcendente hasta un grado superlativo por que ya estamos pensando en los próximos retos y aquello no era si no un paso previo en el camino, no el objetivo en si mismo.
En cualquier caso puedo decir que:
- Es probable que minusvalorara el maratón en sí. La marca prevista no es un paseo apacible y hay que afrontarla con planificación e intensidad.
- Un objetivo en maratón requiere una mentalización exclusiva para la propia prueba, es dificil salir a "encontrarse" un crono como si tal cosa. Hay que ir concentrado y fuerte de cabeza.
- Hubiera sido conveniente usar gorra aunque me agobiara en la primera hora, después mojada en cada avituallamiento me hubiera ayudado a combatir el calor.
- Saltarme el gel de 35 si lo tenía previsto también pudo haber sido un lujo que no debía haberme permitido.
Como veis varias pequeñas cosas que a pesar de la experiencia, siempre se pueden hacer mejor.
En cualquier caso estoy convencido de que el calor para mi fue determintante como en otras ocasiones en que he tenido que luchar contra el.
Ahora, la parte positiva.
Tras un breve paseo el lunes de 4 km el viernes recobré mis entrenamientos.
Prudente al principio escuchando al cuerpo, sus sensaciones y quejidos para poco a poco, ir soltándome con ganas. Primer encuentro con las cuestas. Mi querido cortafuegos clásico hasta una vieja cantera apenas 7' de intenso esfuerzo. No puedo quejarme de esta primera subida, ritmo vivo y constante exprimiendo la frescura de los días de descanso, con mi amigo Fernando acechante. Disfruté como en los viejos tiempos. Me sentí ágil y poderoso en un terreno tan desfavorable.
Esta mañana con mis buenos amigos segunda salida, ya con subida continuada hasta la cima del Cerro del Telégrafo. Más controlado en el ritmo por que, recién levantado, las piernas están mucho más atenazadas, pero satisfecho.
Mucho mejor de lo esperado, probablemente por que las fuerzas que el calor no me dejara consumir el pasado domingo hayan quedado en la reserva. O como por ahí dicen, fruto de la sobrecompensación de un maratón.
En cualquier caso, el mapoma ha sido el trampolín hacia buenas temporadas de monte hace unos años y con el regreso de uno espero que se produzca parte del regreso del otro.
Poco me gusta más que disfrutar de los charcos, ramas, piedras y las vistas desde cualquier collado al que mis piernas me lleven.
Os dejo unas fotos del mapoma de la web de los fotografos oficiales.