Fue muy reconfortante ver a mis peques disfrutar de un terreno y una actividad que tanto me gusta. Ojalá se repita más a menudo.
A las 9,30 era la cita en Cotos aunque hasta las 10 horas una vez que se presentó todo el mundo no se realizó la foto de recuerdo y el grupo de los machacas se pusieron camino de Peñalara y el de los peques tomamos la senda que como en el MAM asciende a Peña Citores.Entre paradas para vivir momentos dulces tomando algunas chuches y algunas galletas los peques se plantaron en el Collado de Citores donde paramos junto al manantial para comer algo y donde con folios y rotus los más jóvenes plasmaron a su modo el entorno que nos rodeaba.
La verdad es que son incombustibles porque ante la propuesta de continuar a la cima o quedarnos tranquilamente en el collado ellos fueron los primeros en continuar la ascensión.
Allí encontramos los restos del Cuartel del Batallón Alpino Republicano durante la Guerra Civil y evidentes trincheras que no dejan de conmocionarnos.
Buscando en la web he encontrado un interesante artículo titulado "Lo que la Guerra Civil Española dejó en las Montañas" del que me he permitido extraer esta parte:
"Allí, entre Dos Hermanas y Peña Cítores, aparecen trincheras construidas hacia la vertiente segoviana y allí fue donde, por un casual y sin seguir ninguna senda marcada, dimos con una escondida placa que alguien puso en honor a uno de esos hombres del bando republicano que con tanto fervor defendieron sus ideales. La placa está acompañada por un casquillo de bala vacío y una ramita de pino dentro de éste y se lee lo siguiente:
“Capitán Leatherdale.
A mi padre, José Pérez Leatherdale.
No pretendo reparar injusticias,
corren malos días para la épica,
simplemente es una historia familiar
una historia perfectamente humilde.
Español y oficial republicano
perdió una guerra y más de media vida
pero nunca perdió la dignidad.
Sentados a la mesa, tras la cena,
me hablaba de su Batallón Alpino:
Navarrulaque, el Cerro de los Locos,
Collado de Marichiva, Peña Bercial...
paisajes de una gesta prescindible,
comienzo de una herida interminable
de silencio, de yugo, de victoria.
Hoy me viene tu voz y me recuerda:
no pudieron vencernos la palabra;
siempre a tus órdenes mi capitán.”
Tal vez leído aquí no llegue tan hondo, pero cuando nosotros encontramos la placa y la leímos en alto, allí arriba, rodeados de montañas, restos de una guerra no tan lejana y soledad, nuestra voz se quebró."
A los chavales les llamó muchísimo la atención aquellas contrucciones con sus estratégicos miradores que cubrían la meseta Segoviana.
Sobre las 13:30 regresamos a Cotos y ya en la Venta Marcelino recobramos fuerzas y nos refrescamos merecidamente.
4 comentarios:
Supongo que ese "Prisi Jr." te llenó de orgullo y no es para menos. Tango muchas ganas de que mis enanos crezcan un poco más para pode llevarles a la montaña con garantías de poder separarme 100 metros del coche.
Es un comienzo y no me extraña. Bonita forma de inculcar a los pequeños el amor por el deporte, por la montaña y por la naturaleza.
Sabia, magistral y necesaria lección al aire libre.
Y precioso encuentro el vuestro, con esas preciosas y emocionantes palabras. Me imagino el momento roto por los juegos y las voces de los niños.
Me alegra que tus hijos y algún otro, hayan empezado a disfrutar de una de las aficiones, el alpinismo, que más satisfacciones me ha proporcionado. Para el que le interese, también hay trincheras en la zona de Montón de Trigo. Impresiona mucho, como dices, ver los restos de pasadas guerras...
Mi padre fue uno de los que en tiempos de guerra patearon estas montañas,siempre que veo algun resto de bunkers o de trincheras ,me pregunto si el estuvo ahi,de sus historias sobre la sierra cuando yo era niño, todavia tengo recuerdos.Quiza por eso me gustan tanto estos montes.Saludos.
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