Habitualmente todos los que practicamos algún deporte somos en general demasiado "resultadistas". Incluso en el terreno de los entrenamientos solemos caer en exceso en conclusiones provocadas por las sensaciones finales de nuestras sesiones.
Evidentemente es importante terminar con buen sabor de boca un entreno de larga distancia, de repeticiones y de cuestas. Pero, hay que evaluarlo en su totalidad.
Llevo dos meses de regreso a los entrenamientos, la progresión ha sido tranquila, por momentos demasiado, pero la veteranía me ha ayudado a no agobiarme y saber esperar mi momento.
En una primera fase la moral ha sido frágil y la sensación pobre. Cuando no sentía ni ritmo, ni agilidad, cuando cualquier repecho me lastraba, cuando las medias un día sí y otro también no mejoraban.
Luego ha llegado otra donde se han ido recuperando esas sensaciones, cuando de un día a otro sin motivo aparente se sube un pequeño peldaño de calidad que invita a esperar el siguiente entrenamiento con ganas. Ese momento en que ya te ves, pero todavía no eres capaz.
Queda esa tercera fase, la de la confianza en uno mismo, la de la sensación de poderío, la de gobierno de tus fuerzas, de las distancia, del ritmo. Donde manejas igual carrera táctica que la veloz. Donde disfrutas del atletismo.
Y hablo de sensaciones personales ajenas a nuestra posición en el grupo. Tener una percepción realista de nuestro lugar en el escalafón es saludable, ser capaz de ocuparlo satisfactorio, mejorarlo gratificante, pero no necesariamente imprescindible.
Cuanto rollo para contaros mis últimas sensaciones en mis entrenamientos largos.
Este sábado salí con la intención de rodar 90' (20 km. calculaba). La cercanía de la Media de Villalba es un estímulo importante. Así que inicié uno de esos rodajes solitarios, que curten, que imprimen caracter al fondista y siven para conocernos y autocontralarnos en carrera.
Los ritmos iniciales fueron buenos y fáciles, sorprendentemente para haber estado 14 horas antes pegando algunos tirones por la dehesa con mis amigos Fernan y Alberto.
A los 10 km dí la vuelta en un tiempo de poco más de 46'. Fácil de piernas y con la idea de incluso progresar un poco en el regreso siendo este de perfil algo más favorable.
Pero, a partir de los 13 km me volvieron las sensaciones de vacio al estómago, esos rugidos de fiera que araña buscando gasolina que me han frecuentado de un tiempo a esta parte al pasar de los 60' y mi ritmo decreció claramente. Terminando con 19 km en 1h29' y más de 5'15 el último km.
Yo soy persona de botellas medio llenas. Sinceramente disfruté con el entrenamiento, incluso me siento satisfecho. Soy consciente de mis limitaciones pero, eso me servirá para superarlas. La veteranía es un grado.
El entreno de unas horas antes, la sensación de estar algo falto de sueño, el tiempo que había pasado desde el desayuno, el regreso de temperaturas más elevadas... todos ellos, factores que me justificaban la sensación de pájara que me asaltaba.
Por otro lado, la conciencia de que estas situaciones de crisis tambien se entrenan y entrenan, la necesidad de acondicionar nuestro cuerpo a las largas distancias, la ausencia de rodajes largos en los ultimos meses donde me he limitado a salidas de 40-50', terminar con una media aceptable que hubiera firmado al salir de mi casa aunque las sensaciones finales no fueran las mejores.
Muchas veces, como señalé al inicio nos quedamos con el sabor del último bocado. Hay que tener la capacidad de valorar en banquete en su totalidad porque es lo que realmente nos nutre. La visión de conjunto es la que más nos acercará a la realidad.
El día 1 de marzo tengo una bonita cita, el espíritu guerrero se acerca. Las pinturas están preparadas.
Evidentemente es importante terminar con buen sabor de boca un entreno de larga distancia, de repeticiones y de cuestas. Pero, hay que evaluarlo en su totalidad.
Llevo dos meses de regreso a los entrenamientos, la progresión ha sido tranquila, por momentos demasiado, pero la veteranía me ha ayudado a no agobiarme y saber esperar mi momento.
En una primera fase la moral ha sido frágil y la sensación pobre. Cuando no sentía ni ritmo, ni agilidad, cuando cualquier repecho me lastraba, cuando las medias un día sí y otro también no mejoraban.
Luego ha llegado otra donde se han ido recuperando esas sensaciones, cuando de un día a otro sin motivo aparente se sube un pequeño peldaño de calidad que invita a esperar el siguiente entrenamiento con ganas. Ese momento en que ya te ves, pero todavía no eres capaz.
Queda esa tercera fase, la de la confianza en uno mismo, la de la sensación de poderío, la de gobierno de tus fuerzas, de las distancia, del ritmo. Donde manejas igual carrera táctica que la veloz. Donde disfrutas del atletismo.
Y hablo de sensaciones personales ajenas a nuestra posición en el grupo. Tener una percepción realista de nuestro lugar en el escalafón es saludable, ser capaz de ocuparlo satisfactorio, mejorarlo gratificante, pero no necesariamente imprescindible.
Cuanto rollo para contaros mis últimas sensaciones en mis entrenamientos largos.
Este sábado salí con la intención de rodar 90' (20 km. calculaba). La cercanía de la Media de Villalba es un estímulo importante. Así que inicié uno de esos rodajes solitarios, que curten, que imprimen caracter al fondista y siven para conocernos y autocontralarnos en carrera.
Los ritmos iniciales fueron buenos y fáciles, sorprendentemente para haber estado 14 horas antes pegando algunos tirones por la dehesa con mis amigos Fernan y Alberto.
A los 10 km dí la vuelta en un tiempo de poco más de 46'. Fácil de piernas y con la idea de incluso progresar un poco en el regreso siendo este de perfil algo más favorable.
Pero, a partir de los 13 km me volvieron las sensaciones de vacio al estómago, esos rugidos de fiera que araña buscando gasolina que me han frecuentado de un tiempo a esta parte al pasar de los 60' y mi ritmo decreció claramente. Terminando con 19 km en 1h29' y más de 5'15 el último km.
Yo soy persona de botellas medio llenas. Sinceramente disfruté con el entrenamiento, incluso me siento satisfecho. Soy consciente de mis limitaciones pero, eso me servirá para superarlas. La veteranía es un grado.
El entreno de unas horas antes, la sensación de estar algo falto de sueño, el tiempo que había pasado desde el desayuno, el regreso de temperaturas más elevadas... todos ellos, factores que me justificaban la sensación de pájara que me asaltaba.
Por otro lado, la conciencia de que estas situaciones de crisis tambien se entrenan y entrenan, la necesidad de acondicionar nuestro cuerpo a las largas distancias, la ausencia de rodajes largos en los ultimos meses donde me he limitado a salidas de 40-50', terminar con una media aceptable que hubiera firmado al salir de mi casa aunque las sensaciones finales no fueran las mejores.
Muchas veces, como señalé al inicio nos quedamos con el sabor del último bocado. Hay que tener la capacidad de valorar en banquete en su totalidad porque es lo que realmente nos nutre. La visión de conjunto es la que más nos acercará a la realidad.
El día 1 de marzo tengo una bonita cita, el espíritu guerrero se acerca. Las pinturas están preparadas.
6 comentarios:
No jorobes prisillas, para guerras estamos los demás con una semana de entrenos... Mejor será que no cuente las sensaciones del domingo por el cerro... Habrá que tomarse la Tragamillas como un entrenamiento más.
Es verdad que es genial acabar el entrenamiento sobrado y contento, pero también es verdad que ese tipo de entreno nos lleva hasta el estancamiento, dependiendo de donde quieras llegar tendrás que hacer unos cuantos de estos (hablo ya como si supiera de esto, jeje)
Fernando ya sabes que mi motivación crece en las grandes citas y que, inevitablemente uno tiene una historia detrás que obliga a hacer un digno papel.
Pero no te preocupes me veo más cerca de tí que de otros en carrera.
Miguel, cierto sin esfuerzo no hay mejora. Por cierto si andas dudoso también puedes enganccharte al grupo de la hora treintaitantos.
Ya te contaré yo mis sensaciones cuando empiece a meter kilómetros para las carreras de montaña. No quiero ni pensarlo, je,je ... Lo importante es marcarte tus propios y pequeños objetivos y seguro que así, estos objetivos irán creciendo más y más. Por cierto, ¿sabes que hay una carrera Cangas del Narcea - Tineo?
Prisillas, ya sabes que cuando corremos, solos tiradas tan largas en los últimos kms empezamos a aburrirnos de la soledad y nuestro cuerpo parece que se fatiga antes, pero todo cambia cuando sientes la adrenalina de una competi como la tragamillas, ya no quda nada!
Ya nos contarás.
Un abrazo
¡¡ Prisiiiii !!, que pasa nennng, aprovecho que he conocido la existencia de tu blog para saludarte y darte un fuerte abrazo.
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