lunes, 29 de junio de 2015

MAM 2015. Zancadas tristes.

Es difícil correr cuando tu cabeza está en otra parte.
Es difícil correr cuando llega un momento en que no tienes ganas.
Pero sigues y corres. Eres músculo y tendones en movimiento. Es posible que ya no puedas evitarlo. Necesitas esos latidos para vivir y dar la vida. Eres una artista del esfuerzo y es la única forma de crear algo para ti o para los demás.
Este 2015 ha sido un MAM complicado. Tanto que después de muchos años, terminar ha sido casi meramente un expediente. Durante mucho tiempo durante la prueba un "cumplir con la obligación". 
Hoy, ahora, puedo decir que siento que  ha crecido a mi alrededor una expectativa irreal. Esa del último superviviente. Nunca fue mi objetivo. No es mi aspiración. Esto se puede terminar cualquier día. 
La semana del MAM fue como digo emocional y físicamente complicada. Los kms de viaje, las horas de hospital y la salud en juego de una persona que quieres tienen el suficiente peso en cualquier balanza como para inclinarla hacia su lado.
Aún así allí estuve yo. De buena mañana con la intención de cumplir bien. De mostrar mi homenaje en forma de zancada a quien más se lo merecía. No me arrugué lo más mínimo de salida y afronté la prueba con las perspectivas del trabajo hecho y las buenas sensaciones de las semanas pasadas.
Mi idea era ir al lado de mi amigo Chorry que debutaba en la carrera y hacer de anfitrión debidamente, avisándole de las trampas del recorrido, guiándole a lo largo del mismo mientras pudiera y, si todo iba bien incluso permitirme el homenaje de buscar la meta en solitario finalmente,
Fácilmente ascendimos desde Cercedilla al puerto y desde aquí tomamos el camino hacia el Noruego. Durante la ascensión la tripa me molesta a ratos. Me planteo parar en algún bar del puerto pero decido esperar a Cotos. Antes de llegar al Noruego tuve que echarme a un lado y parar. Ahí se acabó mi carrera como tal.
No puedo explicar muy bien porqué. Imagino que perdí la concentración que llevaba y, sobre todo que mi ánimo era frágil, es decir que el mínimo contratiempo lo hubiera quebrado allí o posteriormente. El caso es que cuando regresé a la carrera mis zancadas tornaron tristes. Pesadas. Y perdí todo espíritu competitivo. Me invadió la pena y la tristeza.
Desde ese momento pasé a modo paseo y caí en la seducción del perdedor. La desidia y la apatía. Por primera vez en 19 años continuar era un palizón del que dudaba el sentido.
Cotos, Peñalara, Cotos dejándome ir.... decido esperar a Ricky como forma de encontrar una motivación para lo que queda. Al menos sentirme útil. Pero él va centrado con su música y veo que sin querer le voy a forzar el ritmo y no quiero estropearle la sonrisa que lleva. 
Ya sé lo que queda. Lo conozco muy bien. Me pertrecho en el anonimato del grupo y trepo hasta Cabezas. Jugueteo por Valdemartin. Saludo a la Bola del Mundo y me voy hacia Navacerrada puerto donde recibo por fin un impulso positivo con el cariño mis amigos y especialmente de mi familia.
Desciendo, ya sí en busca del final de este capítulo. Sin parar de correr y por fin disfrutando, Del agua en los pies en cada vadeo, de la presencia de otros corredores a los que rebaso y ahora sí, animo y muestro rueda para que se enganchen. Vuelvo a ser yo. Vuelvo a reconocerme en las zancadas y en la forma de relacionarme con los demás y el entorno. Revivo la Doble A.
Por fin, una vez más la última bajada donde ya es costumbre y me espera mi hijo. Para animarme y admirarme siempre, en cualquier circunstancia. Como sólo se puede hacer con quienes se ama. Con quienes nos unen vínculos de sangre o auténtica amistad.
Y cruzo la meta. El momento más feliz del día. Por lo que supone de final de agonía y por qué, una vez más en las duras, igual que en las maduras sobreviví.
Así que aquí os dejo el momento feliz del día (Gracias Arantxa). El resto queda en mi interior.




2 comentarios:

Halfon dijo...

Gran crónica, es dificil muchas veces centrarse en lo que se quiere hacer cuando las cosas realmente importantes están sucediendo dentro de tu corazón.

Este año la cabeza y el ánimo se te ha ido marchando a lo importante y entonces este deporte que requiere muchísimo esfuerzo y motivación queda muy en segundo plano.

De todas formas es tu carrera y seguro que el próximo año vuelves a estar en la salida con ese brillo en los ojos que tienes cuado la ilusión vive dentro.

Un fuerte abrazo amigo.

fernan130 dijo...

Has sabido transmitir lo ocurrido de forma clara. Cuando te echaste a un lado y vi lo lejos que quedabas me extrañó mucho. Pesaron sin duda las vivencias de esa semana preocupado por lo importante.
Lo bueno de la experiencia es que te lleva a la meta aunque el ánimo esté en sus horas mas bajas.
Me alegra mucho que lo completar as. Uno mas. Enhorabuena.