domingo, 27 de marzo de 2011

Reéncuentro.

Hace poco le escribía a un buen amigo en términos más o menos montañeros, que una vez más la vida se ha encargado de demostrarme que, en medio de la borrasca a veces se abre una ventana de buen tiempo que nos permite ver la cima, e incluso atacarla.
Si hace apenas un par de entradas mi estado anímico y físico dejaba bastante que desear, en un par de semanas, la dinámica evoluciona a mejor.
Lamentablemente por circunstancias he tenido que verme solo en los últimos entrenamientos y sorprendentemente, salida a salida he ido reencontrándo mi ritmo olvidado, mis pulsaciones, mis circuitos más queridos, mis sensaciones más añoradas..., como un retroceso temporal que me llevara atrás en el tiempo, al ser el de hace unos años. Con su energía vital en cada rodaje, con su fuerza a la hora de afrontar cada desnivel.
Y esto me ha llevado a conseguir dos logros.
Por un lado la soledad del corredor me ha devuelto esa pizca de egoismo individualista. Las ansias de hacerlo mejor, la sana ambición de medirte. La pimienta de la competición.
Por otro, los momentos de introspección que lavan la negatividad, que me animan a ser util, que me hacen ser participativo en la vida de quienes me rodean, en mayor o menor grado de afectividad. Eso hace que me sienta actor y no público y esa toma de partido, ese compromiso, esa interacción sirve y me sirve. Me hace sentirme bien, me hace sentirme mejor y provoca la interacción siguiente. Me activa.
De ese modo ahora me niego a rendirme por ejemplo ante la ausencia de avances en la práctica de otros deportes. Me esfuerzo en intentar demostrar a quien lo necesita que no debemos dejar de avanzar hacia delante, que el tiempo pasa y no vuelve, que hay muchos pequeños detalles y personas que nos rodean que merecen la pena y no podemos dejarlos pasar. Me preocupa ser capaz de arropar a los amigos cuando vienen mal dadas, en la lesión deportiva o en los golpes de la vida. Admirar como plantan cara. para  seguir aprendiendo.
Como decía, a veces el cuerpo tira del alma. Somos deportistas porque nos sentimos bien practicando un ejercicio, pero mayormente porque nos hace sentirnos bien en el resto de ámbitos de nuestra vida.
No puedo saber el tiempo que dure, pero no me cabe duda que este reencuentro lo estoy disfrutando.
http://www.youtube.com/watch?v=MnWJjXcAkXg 

Foto de Enrique Web Club Deportivo Castillo.

3 comentarios:

fernan130 dijo...

¡Qué bien que vuelvan las buenas sensaciones después de tanto tiempo! Hay que tener siempre esperanza y aguantar el tirón cuando vienen mal dadas. La vida no es un llano y se aprecia más lo que uno tiene cuando lo ha pasado mal. Disfruta todo lo que puedas del momento en que estás y a ver si nos vemos pronto de nuevo.

Mildolores dijo...

Me alegro de que vuelvas en ti.
Decia Gabinete Caligari que:
... el olvido del amor se cura en soledad.
Pues me alegro de que te reconcilies con tu amor por la carrera mientras entrenabas solo.

ElHermanoDAlex dijo...

Aunque te lo he dicho de palabra no sobra repetirte que me ha alegrado muchísimo que hayan vuelto esas buenas sensaciones, pues nos espera una bonita temporada y se te echaba mucho de menos. A ver si los planetas deciden alinearse de nuevo y nos vemos todos los locos del cerro en una quedada conjunta. Un fuerte abrazo y prepárate, que a partir de la semana que viene comienza un nuevo tipo de entrenamiento: "ElHermanoDAlex II"