lunes, 17 de enero de 2011

Inútil.

Sí, inútil un aunténtico cero a la izquierda. Así me siento.
A pesar de que son tantos los momentos cada día en que pienso en ti y en como lo estarás pasando.
A pesar de esas llamadas de teléfono que dejan constancias del pensamiento impulsor, pero incapaces de trasladar el álito que puedas necesitar.
Esas que cuando se teminan me saben planas, prisioneras del tiempo y del ritmo de vida azaroso que llevamos. Las que dejan tanto por decir sin que llegue a escucharse. Las que carecen de la cadencia necesaria para extraer sentimientos y enlazar voluntades.
Dificil sentirse próximo cuando uno ha permanecido lejano.
Quisiera que supieras que me importas amigo. Que tu pena enraiza en mi ánimo y que cada paso adelante tuyo me llena de emoción. Que quisiera servir de más y que quisiera saber como hacerlo. Por esto, te pido perdón.
Aún así quiero que sepas que seguiré intentándolo.
Mientras tanto, por favor, cuenta conmigo.

4 comentarios:

ElHermanoDAlex dijo...

Pues en ocasiones así yo deseo únicamente un par de inútiles como tu.

fernan130 dijo...

Josema todo lleva su tiempo y su cadencia. Muchas veces tiene que valer simplemente estar cerca y a la espera. Sentirse inútil no ayuda a nada ni a nadie. Sigue ahí por muy larga que sea esta carrera.

Prisillas dijo...

Fernan tienes toda la razón del mundo y soy consciente lo que pasa es que uno no solo quisiera hacer más, sino saber administrar lo que hace de la manera más acertada.
Es más impotencia que inutilidad.

Fer dijo...

Mucho sentimiento