lunes, 6 de diciembre de 2010

Un poquito de mi.

Porqué se que os tengo bastante olvidados de un tiempo a esta parte creo que os mereceis unas lineas y que me asome de cuando en cuando a las ventanas que me dejais abiertas. Algo que llevo aún más sin hacer. Pido disculpas.
Dice un proverbio Samurai: " Aprende a diferenciar el viento de la brisa, y podrás equilibrar la balanza ".
Sé que algunos pensais que la decepción de la Ultra de julio me ha llevado a esta situación. Sé que otros con quienes tengo un contacto fluido sabían de mi intención de desconectar durante un tiempo de "mi mundo". He tenido que aprender a diferenciar el viento de la brisa para ventilar como quería mi espíritu sin dejar que el vendaval me llevara por delante.
Algo de todo hay. Contra corriente es más dificil llegar donde prentendemos.
Es fácil dejarse llevar por los acontecimientos, el desánimo y plasmar en nuestro rostro el infortunio cuando las cosas vienen mal dadas. Como ya he confesado ha sido duro comprobar como después de soñar con salir por la puerta grande se me abrió la trasera. Y tuve que cruzarla.
Eso sí, con relatividad como todo en la vida. Porque una era la puerta en la que yo no pensaba y, otras muchas, las que especialmente se me abrieron en forma de cariño, de amigos. Esas, sin el primer portazo igual no se hubieran mostrado.
Así que, a día de hoy persisto en mi voluntaria relajación, pero perviven en mi los lazos firmes con mi historia pasada, con vosotros y con mis sueños futuros. Mientras en cuerpo aguante, ese será el único y real límite.
De inicio el próximo sábado retomaré la competición en forma de dorsal en la prueba que comenté se celebraba en Robledo de Chavela. Finalmente sobre 28 km. Una vez más para intentar firmar una contrareloj que me permita compaginar ambos mundos, aunque una vez más, acabe en ambos penalizado. Como decía Valmont "yo, no puedo evitarlo".
Saldré con el fondo justo para intentar llegar. Y con la idea de alcanzar lo antes posible la meta e intentar regresar a casa a tiempo para acudir a la natación del chaval.
Dentro de unas semanas, con el nuevo año, tocará rumiar bien los siguiente pasos, objetivos y sueños. Y con el verano recompondré mi proyecto. Me gustaría que hubiera retos en equipo y otros en solitario. Unos me reconfortan, otros los necesito.
He llegado tantas veces. He recorrido tanto. He disfrutado tanto del camino. Soy tan parte de ello... que no puedo evitarlo. Como brisa o como viento necesito formar parte de la naturaleza, del aire.
Sentirme vivo. Sigo vivo.

5 comentarios:

fernan130 dijo...

Los descansos, forzados o no, meditados o sobrevenidos, nunca son malos. Nos ayudan a 'cargar' las pilas y a volver con más ganas a disfrutar de lo de siempre. Espero que para el verano estemos juntos en algún evento y, a ser posible, en ese que te restituya de todo lo malo pasado. Ve pensando en ello.

fernan130 dijo...

Los descansos, forzados o no, meditados o sobrevenidos, nunca son malos. Nos ayudan a 'cargar' las pilas y a volver con más ganas a disfrutar de lo de siempre. Espero que para el verano estemos juntos en algún evento y, a ser posible, en ese que te restituya de todo lo malo pasado. Ve pensando en ello.

Mildolores dijo...

Y eso es lo esencial. Estar vivo.
Y para estarlo necesitas altibajos, sino no sería igual.
Espero que nos lo sigas contando con esa sabiduría tan entrañable que destilas.
Un abrazo.

ElHermanoDAlex dijo...

Cualquier puerta que haya que cruzar es, por mucho que no sea la que queríamos, un paso adelante, aunque sea para dar un rodeo. La verdad es que al que ya ha saboreado el éxito en este deporte tantas veces, aunque no sea en forma de podium, una época así tiene que resultarle dura. No me atrevo a decirte qué hacer, pero yo dejaría fluir las cosas y ver que viene. Disfruta de cada momento y damos muchos poquitos de ti. Ya nos encargaremos nosotros de sumarlos

ElHermanoDAlex dijo...

Danos muchos poquitos de ti, que ya nos encargaremos nosotros de sumarlos. Mientras tanto, deja fluir el destino y disfruta de lo que acontezca. Suavemente, con tranquilidad, sin agobios. Estoy seguro que el día menos pensado surgirá de nuevo lo que te motive lo suficiente para volver a encumbrarte.