lunes, 23 de noviembre de 2009

De vuelta a la competi.

La última vez que competí en una prueba de 10 km fue el 13/01/2008. En aquella ocasión fue la Carrera del Club Deportivo Páris en el Parque Lineal del Manzanares. La marca 39:13 en una prueba que midió poco más de esos 10000 metros.
Esta es la distancia fondista por antonomasia. La de los que se inician en el mundo del running y la de los que buscan cada año medir su punta de velocidad. Conjugan resistencia y ritmo elevado si uno trata de buscar sus propios límites. En resumen, agonística.
Implica salir desde el primer momento concentrado en alcanzar una velocidad adecuada que no nos lastre con unos segundos de más y, lo sufientemente controlada como para evitar desfondamientos finales. Si encima llegamos a los dos últimos km con capacidad de pegar un par de "cambios" de ritmo, lo soñado.
Luego hay que llevarlo al asfalto, aderezarlo con las manidas circunstancias: viento, frio, calor, lluvia, cuestas, giros, malas noches de sueño, molestias de última hora, flato, nervios.... ¡Bienvenidos al mundo del maniacorunner!.
Ayer tome parte en la I Carrera Madrid corre por Madrid. Fue el reencuentro con todo lo anteriormente descrito y un par de años más de edad. Mi desafío era intentar bajar de los 40 minutos.
El resultado aqui. Puesto 249, tiempo 39:08, la distancia por un error del motorista que habría cabeza 9.700 mts.
Esos metros de menos fueron determinantes en el crono de todos los que llegamos a meta. Esos 300 mts en mi caso implicarían un minuto más.
En cualquier caso disfruté de un buen ritmo de salida, sintiendome poderoso para seguir la estela de mis compañeros, ligero en la zancada. Me mantuve un buen puñado de km en ritmo por debajo de los 4' km aunque los dos tramos de pendiente más exigente me supusieran un severo freno a mis aspiraciones. Se me fueron 55'' de rémora en esos dos km.
En esta situación pensaba si los artilugios que hoy día llevamos en la muñeca para una carrera suponen verdadera ayuda o se convierten en yugo.
Hace 15 años uno tomaba la salida, iba mirando el tiempo que marcaba su crono, hacía sus cábalas y cuando llegaba a meta recogía su satisfación o desánimo sin revisión de parciales, sin verificación de distancias reales. Las carreras de 10 kms tenían 9.800, 10.100 y nuestra alegría no pendía de una cadena de satélites. Total ¿que falta nos hacía?.
Además uno lo peleaba hasta el final, por sensaciones y, con la duda hasta la recta de meta de conocer el tiempo final cuando el reloj Junghans junto a la pancarta nos retaba en un sprint sin aparente final.
Hoy día nuestro fore nos indica el ritmo, la velocidad, las pulsaciones... todo va bien cuando está dentro de lo programado, pero cuando los datos no nos acompañan es fácil rendirse a la tecnología, entregar la cuchara. Cuesta revelarse a los números y los datos. Creer, soñar, mantener el espíritu romántico de darlo todo aún en la anunciada derrota. Esa que tantas veces nos otorga la victoria de una hazaña no programada.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Sencillo.

Así dice el diccionario de la RAE.
Que no tiene artificio ni composición.
Dicho de una cosa: Que tiene menos cuerpo que otras de su especie.
Dicho de una persona: Natural, espontánea, que obra con llaneza.
Ingenuo en el trato, sin doblez ni engaño, y que dice lo que siente.
Me dicen muchas veces que parece que vivo para correr.
Yo digo que no, que correr me da vida.
Porque como hace poco bien apuntaba el amigo Luigi, tenémos algo de románticos.
Por lo épico de nuestros desafíos en sí mismo y las circunstancias en que se puedan desarrollar.
Porque nos permite imaginarnos en lugares no pisados mientras pisamos lugares ya conocidos.
Porque crea un vínculo de afinidad entre nosotros y los demás que aglutina toda esa épica, esa ensoñación, ese románticismo que lo hace imperecedero al paso del tiempo en la mayoría de los casos.
Las zancadas dadas no sólo cubrieron espacio, arrullaron nuestro corazón y llenaron nuestra mente.
No es algo mecánico. Es sentido.
Amalgama en cada impulso de nuestros metatarsos lo mejor de nosotros mismos. Siempre hacia delante. Siempre en el camino.
No somos mejores, no somos especiales, sólo somos sencillos.
Por favor, dejarnos correr.


viernes, 13 de noviembre de 2009

¡Como un niño...!

Hoy ha sido un día de contrastes.
Por un lado he disfrutado con ilusión del estreno de mis nuevas zapas de montaña las Tango Prowler.
Aunque no ha sido una salida exigente ya que me he limitado a caminar durante 2 horas en compañía de mi amigo Mikel, sí que he podido llevarme unas buenas sensaciones de agarre y de amortiguación en alguna bajadita pedregosa en la que me he dejado llevar.
Por contra, unas molestias en la zona izquierda de la pelvis que arrastraba desde hace 10 días me hicieron visitar ayer tarde al fisio que me diagnosticó una sobrecarga en la inserción de la fascia lata.
Así que, tras el masaje y los estiramientos agresivos de ayer tenía la zona dolorida y, la prudencia desaconsejaba cualquier ritmo más rápido a esos 9 minutos kilómetro que suelo llevar andando. Me he limitado prudentemente a caminar por el Cerro del Telégrafo que tengo al lado de casa.
Una mañana de temperatura fresca a primera hora y que luego ha quedado agradable. Aunque el Sol no ha brillado como ayer.
El domingo saldré a los ritmos habituales y espero que la sesión de fisio resulte efectiva.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Desbrozando.

Pues son ya unos meses desbrozando en este espacio virtual llamado Blog parte de mi.
En ocasiones intimista, reflexivo o de verso fácil. Otras vil reflejo de actualidad social o deportiva.
Un espacio que no sé si interesa y, que irónicamente es público.
Nadie me lo pidió. Más bien nació como una propia demanda interna.
Imagino que en la mayoría de los casos no es más que esto. Una necesidad interna más o menos imperiosa de dar rienda suelta a nuestros pensamientos, sueños o miedos.
Pero a mi. particularmente me hace feliz.
Actualmente y gracias a un buen amigo estoy leyendo un libro que seguro algunos conocereis: Cita con la cumbre (Juanjo San Sebastián, Editorial Desnivel).
Y me está encantando.
Sencillo en su concepción y desarrollo, algo que no dejaría de ser lo que seguro hacen muchos "bloggueros". Contar a los demás algo que nos apasiona con emoción , sin datos abrumadores ni parrafadas grandilocuentes . Encuentro, experiencia y desenlace de un puñado de aventuras vividas.
Para nosotros y en nuestro caso el atletismo.
Retos, preparación, selección de objetivos, lesiones, éxitos y fracasos en un carrusel incesante.
Algo que tantas veces nos decimos "esto no interesa a nadie" ¿o si interesa?.
Porque quiero pensar que cuando uno describe con emoción sus vivencias, el desarrollo de las mismas es en si una aventura. Como acto de vida que implica. no hacen falta situaciones extremas para captar nuestra atención.
Estoy convencido de que relatar con pasión este impulso que nos mueve a realizar cualquier desafio, a no quedarnos quietos, es capaz de interesarnos.
Hoy día nos mostramos poco, fabricamos un caparazón a base de rutina, convencionalismos y falsa suficiencia.
Pero el ser humano es corazón también y ese no entiende de formalismos.
¿Acaso no es un mago quien lo consigue?. Magia auténtica.
Sentir para ser capaz de para hacer sentir.
En cualquiera de sus formas. Escrita, visual, auditiva, táctil, olfativa, gustativa.... cocineros, músicos, cineastas... y nosotros mismos ¿porqué no?.
Cada vez que miramos sin mezquindaz y estamos dispuestos a describir para quien nos quiera escuchar, lo que vemos y lo que nos hace sentir.

jueves, 5 de noviembre de 2009

De entre tus pupilas mis sueños,
mi paz, mi descanso,
horizonte donde extraviarme.
Tú, donde habita el magma del inconformismo
en vorágine de naturaleza desatada
sin dominio posible que te arrastra
y te lleva.
Tú, que te dejas y abandonas para terminar exhausta
siempre primaria, racial, felina.
Tú, con mirada lacerante ante la indiferencia
avalancha que todo lo arrastra
y, frágil pincelada de lienzo extraviada.
Habitante ya bajo manto de otoñal hojarasca,
esperando nada, peleandolo todo.
Tú a quien mi mirada extraña
anhela y teme por igual.
Quisiera pensar que estás aún ahí
que te encontré y ya siempre me acompañas.
Tú, o yo, somos lo mismo y no somos nada.