jueves, 28 de mayo de 2009

Una cita en Muniellos.

Será el 16 de julio cuando por fín pueda adentrarme en uno de los parajes de los que tan cerca he estado estos últimos años y sin encontrar el momento de visitar.
El año pasado realicé la gestión del permiso demasiado tarde, durante mis vacaciones allí y no pudo ser.
Ayer, con previsión y tiempo realicé la reserva para dos personas poder visitar el día mencionado este bosque.
Muniellos es un espacio pretegido Reserva Mundial de la Biosfera que sólamente admite la visita diaria de un máximo de 20 personas.
Este paraje acoje al mayor Robledal de España. Se encuentra situado en los límites de los Concejos de Ibias y Cangas del Narcea en el Principado de Asturias.

El Bosque de Muniellos se halla en las estribaciones de la Sierra de Rañadoiro, al sureste, y de Valdebois, al noroeste. Comprende la cabezera de cuenca del río Muniellos, afluente del Narcea, presentando una forma casi circular, abierta únicamente hacia el noreste. Las altitudes oscilan entre los 670m a la entrada del valle, y los 1.685 m de la Bobia de Teleyerba.

El Bosque de Muniellos es uno de los mejores y últimos representantes del bosque planocaducifolio, que antiguamente ocupaba amplias zonas de España. El árbol dominante es el roble albar (Quercus petraea), aunque también abundan el roble rosado y el rebollo (Quecus pyrenaica). A partir de los 1.300 m el robledal es sustituido por abedulares (Betula pendula). En los fondos de valle abundan avellanos, arces y fresnos. Mezcladas con los robles, en laderas y valles, existen pequeñas manchas de hayas que sólo en ocasiones forman rodales puros. Acebos, serbales, alisos, y tejos completan las especies arbóreas de esta reserva.

En el soto bosque abundan arándanos, lúzulas, zarzas y gran número de helechos. Muniellos es rico en musgos, hepáticas y, especialmente, en líquenes, de los que probablemente existen más de 1.000 especies.Además de los bosques descritos, Muniellos alberga singulares comunidades de turberas y áreas lacustres. En la Reserva existen seis lagunas de origen glaciar: la de la Aveizuna, la de Penavelosa, y las cuatro que componen el grupo conocido como Las Lagunas: la Grande, la de La Isla, la Honda y la de La Peña. A ellas aparecen asociadas algunas comunidades vegetales acuáticas o anfibias y frecuentemente valiosas turberas de esfagnos o turberas planas.
Entre la flora protegida de Muniellos tienen especial relevancia el acebo (Ilex aquifolium) y el tejo (Taxus baccata), presentes en la mayor parte de los bosques de la región pero especialmente abundantes en algunos puntos de Muniellos, entre ellos las márgenes de la carretera del Puerto del Connio.

Aquí os dejo unos enlaces que os puedan interesar:

http://es.wikipedia.org/wiki/Muniellos

http://www.desdeasturias.com/turismo_asturias/bosque_de_muniellos/index.asp

http://www.fuentesdelnarcea.com/


domingo, 24 de mayo de 2009

Un paseo por los Tubos.

Pues tocaba. Yo sabía que mis compañeros le tenían ganas y querían conocer esta subida que gracias al MAM se ha convertido en archiconocida y casi mítica entre los corredores y, como desde la última edición en que se subió no había vuelto por allí, apetecía.
Además era un día muy especial para mí. En esos mismos momentos se estaba disputando mi querida Zegama-Aizkorri donde un nutrido número de amigos se encontraban corriendo, avituallando o en plena organización (escobas, meta...). Me he acordado mucho de ellos especialmente en el comienzo de la subida a Bola y en el trayecto de la Loma del Noruego.
El caso es que a las 8,30 nos hemos juntado un buen grupo en el puerto con la idea de hacer un buen entreno pero con la duda de saber que recorrido haríamos al final debido a las tormentas de la noche anterior.

Así que del tirón como en el primitivo MAM desde el puerto hemos atacado la subida a Bola en esa sucesión de zancadas, respiración y pulsaciones in crescendo que te dejan los gemelos como morcillas de Burgos en 200 mts.
Alcanzando la Virgen de las Nieves algún resbalon en esa pequeña zona de pedrera que nos hacía dudar sobre el itinerario a seguir finalmente y pista de hormigón hacia las antenas de Guarramillas.
El trayecto de la Loma del Noruego una delicia como siempre, el terreno y la roca de nuevo seco por efecto del astro Sol que iba ganando terreno. Así en fila india, relajados y disfrutando del recorrido llegamos a Cotos con la convicción en el espíritu de visitar el tramo estrella de nuestra ruta. Los Tubos de Cabezas de Hierro.

Pequeño conclave en Cotos para certificar la decisión y lamentable baja de Angel al que el piramidal prudentemente le empujaba de regreso a Navacerrada.
Así arropado de viejos recuerdos discurrimos por la carretera hacia Valdesquí hasta el desvio a izquierdas que nos conduciría a la base de tubos. Esta vez dejamos la pradera a nuestra derecha y usamos el camino evidente que primero parece alejarse para luego en un giro de 180º y tras unas zetas empalma con la ruta conocida. Subida entre pinos, nueva bajada para cruzar el puente y ya del tiron tras unos metros entre helechos nos metemos en el torrente. Los primeros metros muy comprometidos por la humedad del propio cauce y de la mañana. Un par de sustos en modo de resbalones pero metidos en el cauce la cosa mejora y podemos adivinar que la piedra estará en condiciones aceptables.
Ahora sí disfrutamos-padecemos la subida en todo su esplendor visionando cortinas de niebla que atraviesan la cima . Despacio avanzando con pundonor y retrocediendo en algún resbalón donde el terreno cede debido a la erosión. Esta zona será delicada por posibles pequeños desprendimientos provocados por los corredores que nos precedan. Así hasta llegar al zona de canchal y a un gran nevero previo a la cima.
En este punto decidimos no coronar y enfilar el collado directamente, Valdemartín, pequeño nevero y esa sucesión de pequeñas cimas previas a Guarramillas donde me encontré fenomenal permitiendome incluso en la pendiente bajada al puerto hacer un rato el chorra.

Muy satisfecho por haberme ido encontrando mejor con el paso de los km y francamente bien en el tramo hacia Guarramillas y en la llegada al puerto.
Aquí el enlace con algunas fotitos más:
http://picasaweb.google.es/Prisillas/Tubos24052009#slideshow/5339413837529901026

sábado, 23 de mayo de 2009

La doble cima.

Ya comenté hace unos días que aprovechando las fiestas de mi localidad iba a disponer de algo más de tiempo durante 4 días y que aprovecharía para afrontar algo así como las etapas de los Dolomitas en el Giro o los Alpes en el Tour.
Tres días donde acumularé horas y km de cara al Maratón Alpino. Donde trabajar la capacidad física para afrontar la sucesión de subidas y bajadas y la mental de llegar cada día a casa con ganas de más.
Dado esto es básico para mí tener una visión de conjunto. Es decir, tener en la mente la idea de que la meta es la finalización de la tercera etapa. No afrontarlas independientemente como carreras, sino como método para conseguir distribuir las fuerzas y la motivación. Tener visión de conjunto. Siendo este propio bloque, una etapa más en el camino hacia la cita del día 21.
Voy además a tener la "suerte" de poder acometerlas en distinas condiciones climatológicas lo que incrementa el valor de los entrenamientos.
Ayer primera salida en un nuevo circuito por el Cerro del Telégrafo (no me cansaré de reconocer la fortuna que ha supuesto para mi vivir a 15' de carrera de sus faldas) que no deja de darnos juego, alternativas y recorridos que, aún hoy, todavía nos quedan por descubrir.
Lo primero a destacar fue la sensación de bochorno que tuvimos ya desde el principio. En los 2 km que me llevó llegar hasta el punto de encuentro con mi compañero ya había empapado la camiseta.
Este factor para mí, por mi morfología, es fundamental. La mezcla de calor y humedad me condicionan ya que no me adapto nada bien y disparan mi fatiga. Así que desde el primer momento tuve claro que habría que ahorrar fuerzas y caminar de más.
Nos resfrescamos en las dos fuentes que atravesamos y comer algo cada hora de esfuerzo, como hago normalmente también fue importante. Aunque sea por evitar la sensación de vacio en el estómago que a mi tanto me molesta.
El circuito fue duro. Una primera parte de 6 km aprox. de desgaste por terreno tobogananero, acrecentado como ya he dicho por el calor nos dejó a pies de un duro cortafuegos árido y desgastado dividido en dos tramos que nos dejó a unos metros de la cima. Una bajada por pista hecha a buen ritmo para seguir atacando de nuevo otro tramo de cortafuegos más pedregoso que ya sí nos dejó en el vértice geodésico y de ahí una larga bajada de otros 7 km aprox. que como le comenté a mi compañero en su inicio es la parte más dura demasiadas veces. Pena que me lo certificara.
Yo me he visto ya por desgracia en varias de esas en las que aún discurriendo por el terreno más favorable de una carrera o entrenamiento, despues de haber solventado con suficiencia los tramos más duros y temidos, esos siempre largos km hacia el final se hacen eternos y, por tanto, los más difíciles.
La fatiga en estos terrenos viene por desgaste y siempre se manifiesta en su último tercio. Por tanto es,fundamental sino evitarlo, retrasar lo más posible su aparición. Avituallamientos y reparto de fuerzas es la metodología.
Ayer una vez más rescatamos la viejas fórmulas del manual de las carreras por montaña. Beber y comer antes de tener hambre, caminar antes de que te lo pida el cuerpo. Alardes ninguno. Ni siquiera en meta. El shock vascular que se produce cuando uno se detiene de golpe después de 6, 7 u 8 horas de esfuerzo muchas veces es brutal y peligroso.
Personalmente pese a todo terminé satisfecho fueron 22,5 km en 2h8'. Me encontré mejor en la segunda mitad del entrenamiento lo que me hace ser prudentemente optimista de cara al de mañana y el lunes.
He perdido potencia, pero espero conservar la resistencia.




lunes, 18 de mayo de 2009

Largo y duro camino.

Es lo que tiene preparar una prueba de fondo. En este caso un maratón de montaña. Que todos esos entrenamientos rápidos, vivos, intensos, repletos de cambios y sensaciones se quedan atrás y apenas sirven de base para poder iniciar la preparación de las pruebas de resistencia.
Porque, es fundamental tener en cuenta que los parámetros de medición del reto que nos preparamos para afrontar no se mide en kilómetros. Su verdadera medición se realiza en tiempo, en horas para ser más exactos.Para una prueba como el MAM, más si cabe aún este año con la repesca de los tubos, el terminar en menos de las 6 horas de esfuerzo queda para los participantes más fuertes, 50 o 70 de un grueso de 300. Y, dentro de ese grueso es donde me hayo. De ahí para arriba hasta las 9 horas límite es el desafío al que nos debemos enfrentar.
En este contexto, como digo es en el que afronto los entrenamientos de las próximas 4 semanas. Acumular horas de esfuerzo en la mayor variedad de terrenos posibles, subidas, bajadas, trialeras, pistas, roca, raices, arroyos... y en las condiciones más distintas posibles, frio, calor, lluvia, viento, niebla si el tiempo lo permite. Porque la montaña es impredecible.
Paciencia en cada salida, donde las sensaciones no cuentan tanto porque en un periodo tan largo de tiempo el cuerpo y la mente llegan a pasar de la euforia al desencanto y del miedo a la satisfacción.
Así, en esa filosofía ayer afronte mi primera salida de más de 2 horas (2h14' para 25 km) por mi famoso y bendito Cerro del Telégrafo. Sin el que no hubiera podido salir airoso de Zegama o el Mam.

Sin las mejores condiciones posibles, porque no pude dejar reposar la comida lo suficiente y tras una mañana por Madrid de pie y de un lado para otro entre la piscina M-86 donde pude gozar de un 50x4 estilos de mi hija (3'26'') y, la estación de Atocha donde dejé a mi padre camino de Málaga hasta el próximo puente Ave a finales de Julio, con la inestimable compañía de mi gran amigo Fernando afrontamos el siguiente circuito:

Duro, de los que a mí me gusta, con un par de subidas cortas pero intensas que te dejen las piernas trabajadas antes de atacar la subida más prolongada, ya con unos cuantos kms que minen las fuerzas y, para finalizar, una larga y prolongada bajada que trabaje nuestra capacidad mental de concentración y resistencia. Porque, puede parecer que no, pero en cansancio muchas veces se puede uno sentir mejor en subida que en bajada.
Esta semana quiero entrenar bien, tengo un par de días con posibilidades de entrenar tiempo y quiero aprovecharlos. Espero que mi talón lo soporte.

domingo, 10 de mayo de 2009

De barro hasta las trancas.

Considero que la expericencia de ser voluntario en una carrera sería recomendable para la mayoría de nosotros. Expecialmente para los corredores "gregarios" que gustan de compartir la experiencia y tratar con los corredores - compañeros.
Incluso altamente recomendable en algún momento para aquellos que sólo entienden el deporte desde el punto de vista competitivo. Con todos los respetos.
Yo ayer en la VIII Media maratón de la Sierra de Segovia tuve esa oportunidad de participar ayudando y disfruté.
Una forma de ser útil, de colaborar y, a un mismo tiempo no quedar exento de atravesar las mismas dificultades que la de los propios participantes.
Iguales ante la lluvia, el frio, sol, barro, nieve, duras subidas y bajadas vertiginosas.
Todo ello, claro está a una velocidad menor de la habitual lo que hace que uno perciba mejor los detalles y el esfuerzo ajeno.
La posibilidad de alentar a los primeros en los cruces, de fotografiar paisajes y participantes, pero especialmente acompañar a esos que cierran el pelotón anónimamente y tantas veces en soledad. Con la admirable fuerza de no entregarse y resistir. Cuando llegar a un avituallamiento es el final de una larga jornada de trabajo para los que allí estan y los minutos se hacen eternos.
Gente que se encuentra en medio de piornos y neveros en su primera experiencia en este tipo de carreras, que cuando cruzan el arco de llegada se convierten en sus propios heroes, agotados, pero heroes. Porque rendirse sería lo fácil. No hay gloria, apenas aplausos pero una enorme satisfación interior.
Una forma de cura de humildad para esos momentos en que ese corredor que nos precede nos frena y malhumorados ansiamos encontrar un claro en el sendero para pasarle.
Sí, cierto que se trata de una carrera contra el crono, contra nosotros, contra los demás; pero, no menos cierto que igual que el bosque se configura de árboles, pájaros, insectos, rios y vientos en perfecta y necesaria simbiosis, la carrera sin nuestro rival, sin el voluntario, sin el organizador no existiría.
Siempre necesitamos de los demás. Sólos somos menos.

martes, 5 de mayo de 2009

Señores, con ustedes los Tubos de Cabezas.

El 21 de junio se celebra la 13ª edición del Maratón Alpino Madrileño y hoy me he enterado de una gran noticia, se producirá el regreso de la ascensión por los Tubos de Cabezas de Hierro.
El MAM 2009 desde hoy es otro MAM. Porque esta es realmente una subida que no deja indiferente a nadie, por el desnivel ganado en menos de un kilómetro, por la ausencia de sombra, por la hora en la que se atraviesa. ¡Ay como el sol apriete ese día!.
Y con ella el regreso del avituallamiento pirata en su cumbre, esa llegada donde la bandera de la calavera se agita a modo de saludo, donde tienes la misma sensación que la de un naúfrago que tras un penoso esfuerzo llega a la orilla... una bandera que trasladó su saludo a Peñalara estás últimas ediciones pero, sinceramente, allí se llegaba en motora y a Cabezas se llega a nado y extenuado.
Cuantos recuerdos, sensaciones y experiencias vividas. Arrancar desde Cotos por la carretera hacia Valdesqui, un kilómetro de asfalto que se hace extraño cuando ya llevamos un par de cimas pisadas, el desvio a izquierdas donde al poco atravesamos una pradera que suele estar húmeda de las lluvias y deshielo, traicioneramente suele provocar más de un resbalón. El paso del puente sobre el rio Eresma para adentrarnos en un pinar cuya ladera atravesamos para desembocar en una torrentera repleta de piedras y ramas arrastradas por el agua. Torrentera en la que nos meteremos para ir cruzando de una vertiente a otra durante un rato para coger el margen derecho finalmente y comenzar a resbalar por su gastada superficie. Donde un paso adelante a veces trae dos atrás porque el terreno cede y la gravedad cumple su ley, donde el oxígeno comienza a faltar y al mirar hacia arriba no se adivina el final, siquiera la cima. Así durante un largo rato pleno de esfuerzo, acompasando paso, latidos y respiración llegamos a la zona de canchales donde se suman al esfuerzo, equilibrio y, escalones de piedra que obligan a tirar de brazos, riñones y fuerza de voluntad.
Ya comenzamos a vislumbrar un descansillo previo a la última rampa, no hay conversación, no hay sonrisas, sólo anónimo sufrimiento y humilde esfuerzo de cada participante por alcanzar esa bandera que empezamos a otear. Y, así arrastrados por nuestras piernas y empujados por los ánimos de los bucaneros que atienden aquel puesto de avituallamiento donde han tenido que acarrear en sus mochilas todos los litros posibles de agua logramos extraer una sonrisa de nuestra alma. De agradecimiento primero hacia ellos, de satisfación personal después. No parecía posible llegar pero estamos allí.
Bebemos, respiramos y con nuestro mejor ánimo y muchas fuerzas menos, arrancamos hacia el nevero que nos dejará a pies de la cima de Cabezas de Hierro. Coronamos ,admiramos Peñalara, la cumbre hermana que dos horas antes hemos visitado y con sentida emoción continuamos nuestro camino.
Para finalizar y suponiendo la autorización de mi gran amigo Ppong, cuelgo una secuencia de las fotos de su llegada al avituallamiento en el MAM del 2004. Merece la pena apreciar el vértigo que permite imaginar la pendiente que queda trás él cuando no se aprecia más horizonte que el de Peñalara quedando al otro lado del valle y, lugar del que venimos. Y, su rostro resume perfectamente lo que acaba de vivir durante esos últimos 50' aproximadamente.
A mí, sinceramente me pone los pelos como escarpias.

sábado, 2 de mayo de 2009

Inesperada experiencia y paliza montañera.

Será dificil verse en otra de estas, donde las constelaciones se unen para darnos una sorpresa. Un número de participantes reducidos y, un estado de forma aceptable gracias a esas sesiones de entrenamiento que he compartido con mis amigos maratonianos los culpables.
El caso es que, en este año de mi 20 aniversario como corredor por primera vez en mi vida hago puesto en una carrera. Segundo en veteranos. Confieso que muchos, no éramos.
Lo mejor, mis chicos esperando detrás de la puerta para felicitarme cuando entraba en casa, sinceramente, nunca habían visto a su padre ganar copa alguna en esto de las carreras. Aunque amigos, muchos.
Luego la parte menos agradecida de estas últimas horas. Un virus intestinal en casa nos ha dado una noche toledana a parte de la familia entre la que me incluyo. Con el objetivo de liberar el domingo día de la Madre de actividades deportivas, había quedado con mis amigos Alberto y Miguel para establecer un primer contacto con la montaña de cara al MAM.
Me apetecía esta subida larga y exigente que además adivinaba repleta de regueros de agua fruto del deshielo y alcanzar el puerto. Esos 550 mts de desnivel positivo y negativo. Si mis acompañantes hubieran conocido el recorrido he de reconocer que hubiera desertado, pero al no ser así me sentí obligado al menos de intentarlo.
Buena mezcla de sensaciones con las piernas bastante bloqueadas de la carrera de ayer y el descuido de no haber estirado. No me sentí mal en la zona más exigente de la subida, justamente esa que a mis compañeros quizá por la altitud les pesó más. La bajada llevadera en los tramos fáciles donde solo era cuestión de dejarse caer y larga en su tramo final de toboganes. En ese punto he ido alternando camino y trote que aunque siempre moralmente es duro no deja de ser un anticipo de lo que el propio Maratón Alpino nos trae. De hecho, la media ha pesar de ese final ha estado por debajo de los 6' km.
Una consideración, queda mucho camino por hacer de cara al 21 de junio y lo de hoy nos sirve de aviso y acicate.
Esperemos que la cosa mejore y no me deje demasiado tocado de cara a los próximos entrenamientos.